La ingeniería espacial ha experimentado, sin lugar a dudas, un retroceso en Rusia y una notoria parálisis a nivel mundial. Resulta desconcertante que, el 20 de julio de 1969, la humanidad lograra llegar a la Luna, y casi seis décadas después, aún no hayamos superado la barrera de los escasos 400 kilómetros sobre la superficie terrestre. Aunque las misiones con sondas robóticas parecen acercarse a diversos planetas del sistema solar, en lo que respecta a las expediciones tripuladas, apenas hemos alcanzado la Estación Espacial Internacional y la estación china a la altura mencionada anteriormente.
Es cierto que la misión lunar de la década de 1960 requirió una inversión de casi 170 mil millones de dólares, ajustados a la tasa de cambio de 2022. Sin embargo, tomando como ejemplo la misión Artemis, esta ya ha consumido una asombrosa suma de más de 90 mil millones de dólares. A pesar de emplear cohetes de los transbordadores espaciales modificados, la misión Artemis aún no ha logrado enviar a ningún astronauta al espacio.
En cuanto a Europa, carecemos de cohetes disponibles después de la jubilación del Ariane V. En Estados Unidos, los contratistas privados también enfrentan dificultades considerables, con retrasos continuos en los lanzamientos tripulados, a excepción de SpaceX, que actualmente lidera el sector, aunque sus logros se limitan a distancias apenas superiores a los 400 kilómetros de la Tierra. Por su parte, el programa espacial chino avanza gradualmente y va adquiriendo forma.
El fracaso ruso
La sonda lunar rusa, conocida como Luna-25, que tenía como objetivo aterrizar en el Polo Sur de la Luna, ha sufrido un accidente y se ha estrellado en la superficie lunar, de acuerdo con la información proporcionada por la agencia espacial rusa, Roscosmos.
Según un comunicado oficial de Roscosmos, la sonda Luna-25 entró en una órbita imprevista y finalmente colisionó con la superficie lunar, resultando en su destrucción. El análisis preliminar indica que el accidente se debió a discrepancias en los cálculos de los parámetros de impulso.
El contacto con la nave se perdió el sábado a las 14:57 hora local (11:57 GMT) y los intentos de restablecer la comunicación a lo largo del domingo resultaron infructuosos. Roscosmos informó inicialmente sobre una «situación de emergencia» cuando los motores de la Luna-25 la llevaron a una órbita previa al alunizaje. La agencia planea establecer una comisión especial para investigar las causas del accidente.
Con este trágico incidente que afecta a la sonda rusa, la sonda Chandrayaan-3 de la India podría convertirse en la primera en aterrizar en el Polo Sur de la Luna el próximo miércoles. La Luna-25 originalmente tenía programado su aterrizaje lunar el 21 de agosto, dos días antes que la sonda india, que fue lanzada el 14 de julio.
La sonda rusa, que despegó el 11 de agosto desde el cosmódromo Vostochni en el Lejano Oriente ruso, ingresó a la órbita lunar después de un viaje de cinco días y casi diez horas. Roscosmos había informado previamente que los sistemas de la nave funcionaban correctamente y había enviado imágenes de la superficie lunar a la Tierra, además de detectar el impacto de un micrometeorito y otros fenómenos.
La sonda Luna-25 es la sucesora de la sonda soviética Luna-24, que en agosto de 1976 fue la tercera nave espacial en recolectar muestras de la superficie lunar.
La misión de la Luna-25, siguiendo los pasos de su predecesora Luna-24, tenía como objetivo buscar agua en forma de hielo en la Luna. Cabe destacar que la sonda soviética Luna-2 fue la primera en aterrizar en la Luna en 1959, un logro que más tarde Estados Unidos emuló con su programa Ranger.
El programa espacial soviético
La historia del programa espacial soviético y ruso es una narrativa fascinante que ha dejado una marca indeleble en la exploración espacial. Desde los primeros días de la Guerra Fría hasta la era contemporánea, esta odisea ha estado marcada por logros extraordinarios, desafíos monumentales y avances científicos que han transformado nuestra comprensión del universo. En particular, la exploración lunar se destaca como uno de los hitos más significativos y emblemáticos de este viaje espacial.
El programa espacial soviético fue pionero en muchos aspectos. El 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética lanzó el satélite Sputnik 1, marcando el comienzo de la era espacial. Sin embargo, fue el programa Luna, concebido en la década de 1950, el que llevó a la exploración lunar.
El 12 de septiembre de 1959, la sonda soviética Luna 2 se convirtió en el primer objeto humano en alcanzar la Luna. Si bien no aterrizó, marcó un hito fundamental al impactar en la superficie lunar. El 13 de septiembre de 1959, Luna 2 se estrelló contra la Luna, estableciendo un precedente y allanando el camino para futuras misiones.
Los Primeros Pasos: Lunokhod y las Misiones Lunares Tripuladas
En la década de 1960, mientras Estados Unidos se esforzaba por llegar a la Luna con el programa Apollo, la Unión Soviética también tenía planes ambiciosos. El programa N1-L3 tenía como objetivo aterrizar a cosmonautas en la Luna, pero enfrentó problemas técnicos y financieros significativos. A pesar de sus esfuerzos, ninguna misión tripulada soviética logró alcanzar la Luna antes de la década de 1970.
En 1970, la Unión Soviética logró otro hito histórico al lanzar la sonda Luna 16, que regresó a la Tierra con muestras del suelo lunar. Sin embargo, fue el programa Lunokhod el que cautivó al mundo. Lunokhod 1, lanzado en 1970, se convirtió en el primer vehículo lunar controlado a distancia, explorando y transmitiendo imágenes desde la superficie de la Luna.
En la década de 1970, la Unión Soviética continuó expandiendo su presencia lunar. Las sondas Lunokhod 2 y 3 también recorrieron la superficie lunar, enviando datos vitales sobre la geología y la composición del suelo. Aunque los intentos de misiones tripuladas a la Luna no tuvieron éxito, estas misiones robóticas revelaron valiosos conocimientos.
El colapso de la Unión Soviética en 1991 no detuvo los sueños espaciales rusos. Bajo el paraguas de la Agencia Espacial Federal Rusa (Roscosmos), Rusia continuó su participación en la exploración lunar. En 2013, la sonda rusa Luna-Glob se lanzó con el objetivo de recopilar información sobre el polo sur de la Luna y la presencia de agua.
Desafíos futuros
A pesar de los éxitos y avances, el programa espacial ruso ha enfrentado desafíos y críticas. Problemas financieros, restricciones presupuestarias y la competencia internacional han creado obstáculos en la exploración espacial. Aunque Rusia ha continuado lanzando misiones lunares no tripuladas, su capacidad para llevar a cabo misiones tripuladas de larga duración ha sido cuestionada en ocasiones. La crítica más habitual que se suele hacer al programa espacial ruso es la absoluta falta de innovación y su insistencia en el uso de tecnologías de la era soviética que, si bien ha demostrado su solvencia en décadas pasadas, resultan ahora incompatibles con las tecnologías de la astronáutica actual.
El aislamiento internacional provocado por la invasión de Ucrania no presagia nada bueno para el programa espacial ruso en unos tiempos en los que la colaboración internacional parece imprescindible para conseguir objetivos mínimamente ambiciosos. Es posible que detrás del fracaso de la misión Luna 25 esté la falta de acceso a tecnología puntera occidental y eso es algo que en los próximos años solo va a empeorar para los rusos.