Antes de que acabe la semana comenzará la última ofensiva de la UE contra las grandes empresas tecnológicas. A partir del viernes, un total de 19 grandes empresas deberán cumplir las estrictas normas de la Ley de Servicios Digitales (DSA).
Esencialmente, la DSA es un reglamento de moderación de contenidos, diseñado para proteger a los usuarios online contra los contenidos nocivos o ilegales, la desinformación y la violación de la privacidad y la libertad de expresión.
Las empresas tecnológicas incluidas en esa lista de diecinueve no sólo son las primeras obligadas a cumplir la ley, sino también las que se enfrentan a las medidas más estrictas y de mayor alcance. Ello se debe a que llegan a más de 45 millones de usuarios activos europeos al mes, lo que, según la UE, se traduce en su «significativo impacto social y económico».
La legislación se aplicará posteriormente a todas las empresas que presten servicios digitales dentro de la Unión y entrará plenamente en vigor en febrero de 2024. Las infracciones podrían acarrear multas de hasta el 6% de sus ingresos globales o incluso la prohibición temporal de operar en los países miembros.
¿Quién está en la lista?
Desde plataformas de redes sociales a tiendas online y motores de búsqueda, la lista incluye hasta ahora a: Facebook, TikTok, X (antes Twitter), YouTube, Instagram, LinkedIn, Pinterest, Snapchat, Amazon, Booking, AliExpress, Zalando, Google Shopping, Wikipedia, Google Maps, las tiendas de aplicaciones móviles de Google y Apple, Google Search y Bing de Microsoft.
5 obligaciones clave de la ASD que deben cumplir las grandes tecnológicas
- Eliminar contenidos ilegales
Las empresas designadas deben identificar y eliminar de sus plataformas cualquier contenido ilegal definido por la legislación nacional o de la UE.
En el caso de los mercados en línea, esto también significa rastrear a los vendedores y realizar comprobaciones aleatorias en las bases de datos de productos existentes para garantizar la protección contra productos o servicios falsificados y peligrosos. - Prohibir algunos tipos de anuncios personalizados
Los grandes gigantes tecnológicos ya no podrán utilizar publicidad personalizada que se base en la elaboración de perfiles de menores o en datos personales sensibles, como el origen étnico, la orientación sexual o las opiniones políticas. - Aumentar la autonomía de los usuarios
Los usuarios tendrán una serie de nuevos derechos, como señalar los contenidos ilegales, impugnar las decisiones tomadas por las plataformas en línea si se retira su propio contenido, e incluso pedir compensaciones por cualquier infracción de las normas. También podrán recibir información sobre las prácticas publicitarias, incluyendo si un anuncio se dirige específicamente a ellos y por qué, con la opción de excluirse. - Limitar los contenidos nocivos y la desinformación
Las empresas seleccionadas tendrán además que realizar una evaluación anual de riesgos y tomar las medidas correspondientes para mitigar la desinformación, la manipulación electoral, los bulos, la ciberviolencia y el daño a grupos vulnerables, equilibrando al mismo tiempo la libertad de expresión. Estas medidas también estarán sujetas a auditorías independientes. - Transparencia
En un paso sin precedentes, las plataformas tendrán que revelar información sobre sus datos, sistemas y algoritmos a las autoridades y a investigadores autorizados. También tendrán que facilitar el acceso público a sus informes de evaluación de riesgos y auditoría, así como a un repositorio con información sobre los anuncios que publican.
En práctica, para los usuarios esto se traduce en que ahora junto a todos los contenidos deberá haber un botón para denunciarlo y junto a cada anuncio deberá haber un botón o enlace que explique por qué se te ha enseñado ese anuncio en concreto, con opción a borrarte (p.ej. si te acabas de divorciar y te aparece un anuncio dirigido a divorciados pero no quieres que te sigan mandando publicidad dirigida a ese colectivo).
¿Quién ha cumplido hasta ahora?
En el grupo de las redes sociales, TikTok está introduciendo una «opción de denuncia adicional» para los consumidores europeos que les permite señalar contenidos ilegales, incluida la publicidad. Además, les proporcionará información sobre sus decisiones de moderación de contenidos y les permitirá desactivar la personalización. También se suprimirá la publicidad dirigida a menores de entre 13 y 17 años.
Snapchat ha introducido cambios similares. Por ejemplo, ya no se permite la publicidad personal para menores y los usuarios adultos tienen un mayor nivel de transparencia y control sobre los anuncios que ven. Por su parte, Meta ha lanzado contenidos no personalizados en Facebook e Instagram.
Entre los mercados en línea, Zalando ha introducido sistemas de señalización de contenidos en su sitio web, mientras que Amazon ha abierto un canal para señalar los productos ilegales y ahora proporciona más información sobre los comerciantes de terceros.
No obstante, ambas empresas han emprendido acciones legales contra la UE, alegando que han sido añadidas «injustamente» a la lista.
¿Servirá para algo?
Históricamente, las reglas para el intercambio de datos y la moderación de contenidos en línea han sido esquivadas con cierta soltura por las grandes tecnológicas. La DSA pretende cambiar eso estableciendo una piedra de toque sin precedentes, muy similar a los esfuerzos regulatorios de la UE con el GDPR y la próxima Ley de IA.
Está por ver el efecto que tendrá a medio y largo plazo y la determinación con la que la Comisión Europea multa a las multinacionales incumplidoras pero basta recordar que Threads no ha sido lanzada en Europa porque incumple las reglas básicas del GDPR (la norma europea de protección de datos) o que en 2017, la Unión Europea impuso una multa récord de dos mil cuatrocientos millones de euros a Google por abusar de su posición dominante en el mercado de búsqueda en línea para promover su propio servicio de comparación de compras en los resultados de búsqueda. O sea, que algo hará.