Descubren que los jabalíes en Centroeuropa no son aptos para consumo humano por contaminación radiactiva
El desafortunado incidente de Chernóbil allá por 1986 sigue dando de qué hablar en Europa Central y del Este y los jabalíes son los protagonistas involuntarios de esta historia. Si Astérix y Obélix siguieran por aquí habría que ver cómo iban a terminar sus historias.
Parece ser que nuestros amigos de hocico largo y colmillos afilados, esos jabalíes tan «a la moda» en los bosques de Alemania y Austria, podrían no ser la mejor elección para una cena porque llevan un cargamento radioactivo en su carne que asustaría incluso a los galos más valientes.
Los científicos de la Sociedad Estadounidense de Química han estado escarbando en esta situación y descubrieron que, aunque el accidente de Chernóbil jugó un papel muy destacado, hay otros factores en juego. El cesio radiactivo, un subproducto de las explosiones nucleares y la energía nuclear, ha estado infiltrándose en sus cuerpos de forma más persistente que un galo en una fiesta romana. A pesar de que Europa sufrió un baño radioactivo después del desastre de Chernóbil, estos cerdos del bosque parecen haber adoptado la radiactividad como parte de su estilo de vida.
Los niveles de cesio-137, procedente de la lluvia radiactiva posterior a la actividad industrial nuclear y que normalmente se disiparían con el tiempo, siguen siendo tan altos como los menhires de Obélix. Y esto no es broma, su carne aún supera los límites legales para el consumo humano en algunas zonas del centro y este de Europa.
Los científicos hicieron un poco de magia científica para investigar esto. Trabajaron con cazadores locales para recopilar carne de jabalí de toda la región sur de Alemania y luego sacaron sus gadgets de ciencia-ficción, como un detector de rayos gamma y un espectrómetro de masas para detectar el Cesio-135 que se genera durante la fisión nuclear explosiva. Con esto, descubrieron que las pruebas de armas nucleares contribuyeron a un 10% – 68% de la radiactividad en estos jabalíes.
En resumen, estos jabalíes radiactivos no son para los débiles de corazón ni para los amantes de la comida ecológica. Si Astérix y Obélix se toparan con ellos, tendrían que pensarlo dos veces antes de lanzarlos al caldero. ¡Quizás sería más seguro luchar contra los romanos y disfrutar de una buena poción mágica en lugar de tratar de convertir a estos jabalíes en su próxima cena!
También podrían venirse a España, que aquí no tenemos esos problemas de radiactividad aunque aquí Astérix y Obélix tendrían que apañárselas para compartir sitio con el Capitán Trueno y su equipo (acuérdate de Sigrid, Goliath y Crispín) y los jabalíes no son nada radiactivos; de hecho, mira estos jabalíes almerienses, que van por las urbanizaciones como Pedro por su casa.
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