Spotify, la plataforma de streaming de música más popular del mundo, se aventuró en el mundo de los podcasts con la esperanza de expandir su imperio y diversificar sus ingresos. Sin embargo, a pesar de invertir más de 1.000 millones de dólares en esta empresa, los resultados no han sido los esperados, lo que plantea serias preguntas sobre la viabilidad económica de este negocio en el competitivo mercado de los Estados Unidos.
La compañía sueca se embarcó en esta empresa con una serie de movimientos audaces, incluyendo acuerdos millonarios con celebridades como Kim Kardashian, los Obama y el príncipe Harry y Meghan Markle. Además, desembolsó 286 millones de dólares para adquirir estudios de podcast y gastó más de 250.000 dólares por episodio en programas exclusivos en un esfuerzo por atraer a nuevos oyentes. Sin embargo, estas inversiones masivas no han dado los frutos deseados.
La realidad económica detrás de esta estrategia es sombría. Según personas familiarizadas con el asunto, la mayoría de los programas de Spotify no son rentables. La empresa ha tenido que tomar medidas drásticas, incluyendo recortes de personal y programación, para frenar sus pérdidas. En los seis meses que terminaron en junio, la empresa perdió 527 millones de euros, a pesar de haber generado ingresos por valor de 6.200 millones de euros. Este déficit económico plantea dudas sobre la sostenibilidad a largo plazo de la inversión en podcasting por parte de Spotify.
Además, en comparación con sus competidores como Amazon, Apple y Google, Spotify ha invertido considerablemente más en el podcasting. Esto la coloca en una posición precaria, ya que estos gigantes tecnológicos tienen otros negocios más rentables que les permiten absorber las pérdidas en el sector de los podcasts de una manera que Spotify no puede permitirse.
El mercado de los podcasts en Estados Unidos ha estado experimentando un crecimiento constante, con ingresos que se espera que alcancen los 2.300 millones de dólares este año, un aumento del 25% con respecto al año anterior. Sin embargo, esto representa solo una pequeña porción del mercado de publicidad digital de 200.000 millones de dólares. En retrospectiva, la apuesta de Spotify por el podcasting parece desproporcionada en relación con el tamaño real del mercado.
El aumento en el número de oyentes de podcasts es innegable, pero la competencia feroz en términos de géneros y formatos ha hecho que sea extremadamente difícil para los nuevos programas destacar y atraer a audiencias significativas. A pesar de su inversión en contenido exclusivo, Spotify ha encontrado que estos programas no suelen robar suscriptores a sus competidores. Los costos asociados con la producción de podcasts han aumentado, lo que agrava aún más los desafíos financieros de la empresa.
Spotify ha afirmado tener más de 100 millones de oyentes de podcasts en su plataforma, diez veces más que en 2019. La empresa insiste en que está en camino de hacer que su negocio de podcasts sea rentable para 2024. Sin embargo, la presión de los inversores para lograr esta rentabilidad ha llevado a la empresa a tomar medidas drásticas, incluyendo despidos y la consolidación de su trabajo original en una unidad llamada Spotify Studios. También aumentaron el precio de sus suscripciones básicas en julio.
La estrategia de Spotify parece estar cambiando hacia la compartición de riesgos con los creadores de contenido. Un ejemplo es el acuerdo con el comediante Trevor Noah, que permite a Spotify recuperar su inversión compartiendo los beneficios. La empresa planea realizar más acuerdos similares en el futuro.
A pesar de los desafíos y las pérdidas económicas, Spotify sigue comprometida con su visión de convertirse en la principal empresa de audio del mundo, expandiéndose más allá de la música hacia audiolibros, educación, deportes y noticias. Los podcasts son solo el primer paso hacia esta ambiciosa meta, que busca generar 100.000 millones de dólares de ingresos para 2030.
