Bueno… en realidad sólo tengo un billete para que mi nombre forme parte de una base de datos con hasta cien millones de nombres que sí viajará hasta Marte en una misión sin determinar y que, por lo tanto, no tiene todavía fecha de partida concreta. Por ahora soy el 23.923.054 de la lista y en la NASA me han prometido que con este viaje ganaré un montón de millones de kilómetros como viajero frecuente y que tal vez algún día esos puntos se puedan canjear por por kilómetros en viajes espaciales. Mucho me temo que cuando eso se pudiera hacer realidad yo llevaría ya mucho tiempo criando malvas pero igual de aquí a veinte años hacen una lotería para sortear un viaje a la exosfera y sale elegido ese número; a fin de cuentas las probabilidades son parecidas a las que tendría si jugase a la lotería primitiva… o sea, que no.
Si quieres tener tu propio billete solo tienes que entrar en la correspondiente página web de la NASA e inscribirte dejando tu nombre país y código postal. Luego ya si quieres puedes añadir el email para que te tengan al tanto de las novedades que vayan saliendo en los programas marcianos de la NASA o para que se pongan en contacto contigo sí te han elegido como astronauta para la próxima misión. También te digo que eso de ser astronauta parece una cosa muy chula al principio pero en cuanto empiezas a rellenar todos los papeles que tienes que rellenar, en cuanto te empiezas a hacer todas las revisiones médicas y físicas que te tienen que hacer, te ponen chorrocientas vacunas que te dejan los dos brazos y las dos piernas dormidos y te ponen a dar vueltas a los cacharros esos para ver si soportas los giros y si tu cuerpo soporta no sé cuántos G de gravedad, echas hasta la primera papilla y se te quitan las ganas… pero allá tú.
Lo de mandar nombres al espacio no es la primera vez que se hace. Ya en 1971 los astronautas americanos colocaron una placa en la luna con los nombres de los veinte astronautas que habían fallecido en todos los viajes de pruebas y en todas las expediciones anteriores al programa lunar. Después de eso han sido varios los programas que también han incluido nombres de de aficionados al astronáutica y los han llevado al espacio.
Dentro de esta categoría de información enviada al espacio, la más famosa es la que contienen los discos que viajan en las dos naves Voyager, que ya están fuera del sistema solar y que se enviaron con la idea de que en algún futuro lejano alguna civilización extraterrestre pudiera encontrar información sobre la Humanidad tal y como era a finales del segundo milenio. Para cuando los encuentren, si es que todavía existimos, seguramente ya seremos bastante distintos o igual Skynet se ha encargado de acabar con todos nosotros.
Y ahora que lo pienso, mientras estaba escribiendo estas líneas me he dado cuenta de que estoy mandando mi nombre al espacio. ¿Y si esa lista la encuentran los extraterrestres malosísimos y vienen con la lista a buscar a todos los que nos hemos apuntado? ¿No me habré dado yo demasiada prisa en meterme en la lista?