Cuando me enteré de que Xbox había comprado Activision me vinieron a la cabeza varias preguntas que todavía están sin responder.
Por ahora ya sabemos que una tras otra, todas las autoridades regulatorias del mundo han dado su visto bueno a la compra de la compañía de videojuegos por la división de juegos de Microsoft. La última ha sido la autoridad británica de mercados y competencia que se ha tomado un buen tiempo en decidir sobre si la compra de Activision colocaba a Xbox en una posición de monopolio para acabar decidiendo que existe en el mundo suficiente competencia y esta compra no da a Microsoft una posición de dominio en el mercado británico, en este caso lo mismo que han decidido las autoridades regulatorias estadounidenses y europeas.
¿Qué va a pasar a partir de ahora?
Lo interesante es saber que va a pasar a partir de ahora porque Activision es propietaria de una serie de sagas de videojuegos que hasta ahora eran exclusivos de PlayStation y que dan valor a la consola. Según un estudio reciente dos millones de usuarios estadounidenses tienen en su casa la consola para jugar exclusivamente a Call of Duty.
Call of Duty es la mayor franquicia de Activision y tiene un modelo de compra, es decir, el jugador tiene que hacer un desembolso importante al principio, cuando compra el juego, y con ese pago puede acceder a todas las funciones principales del juego, las campañas, los juegos online, los equipamientos para los personajes del juego, etc. Es verdad que no hay juego ya que se libre de los micropagos pero comprando el juego se puede tener una experiencia casi completa. El juego cuesta 70 euros, que no es nada barato, y soltar ese dinero casi crea una obligación de jugar para amortizar cada céntimo gastado.
Lo interesante de este caso es que frente a ese modelo de pago único, la división de juegos de Microsoft está empeñada en popularizar un servicio por el que se puede jugar a todos los juegos de la compañía a cambio de una cuota única mensual de 9,99 euros al mes. Con ese pago se tiene acceso a un amplísimo catálogo de juegos que se van renovando constantemente e incluye, aparte de la morralla tradicional que rellena todos los catálogos, algunos juegazos triple A que para muchos justificarían por sí solos la el pago de la cuota mensual. El caso más sonado ha sido el lanzamiento de Starfield, del estudio Bethseda que ya era propiedad de Microsoft y que se ha convertido en el juego insignia del Xbox Game Pass que es como se llama este servicio de suscripción.
El asunto es que a partir del año que viene los jugadores podrán elegir entre pagar los setenta euros que cuesta el Call of Duty o los diez euros mensuales que cuesta todo el catálogo de Xbox, incluyendo el propio Call of Duty. El meollo de la cuestión, lógicamente es que para acceder a uno u otro, hay que elegir una consola: la PlayStation de Sony o la Xbox de Microsoft y la multinacional estadounidense acaba de asegurarse un buen pellizco del mercado en los próximos años simplemente ofreciendo todos los juegos de Activision en su Game Pass aunque para ello haya tenido que abonar el módico precio de $68,700 millones de dólares.
¿Se convertirá Microsoft en un monopolio de los videojuegos?
Ppara evitarse problemas en este aspecto con los reguladores del sector de los videojuegos alrededor del planeta, Microsoft ya había asegurado que respetaría los contratos que garantizaban que los juegos de Activisión, empezando por Call of Duty, se mantendrían en Playstation durante los próximos diez años, que es una eternidad tratándose de juegos, aunque lógicamente ya no estarían en exclusiva en la plataforma de Sony. Después no se sabe qué ocurrirá pero lo lógico es que pasasen a ser exclusivos de Xbox.
Hasta aquí solo he hablado de Call of Duty que es el juego más destacado de Activision pero hay que tener en cuenta que no sólo se han comprado los juegos, sino que se ha comprado el estudio, con lo que los futuros desarrollos ya serán seguramente exclusivos para Xbox. Y tampoco hay que olvidar que es posible que te suenen otros juegos del catálogo de Activision que van incluidos en el paquete como Diablo 4, Candy crush, Warcraft y Overwatch, con lo que la compra significa un aumento notable de títulos triple A para el catálogo de Xbox y seguramente le va a permitir ganar cuota de mercado frente a la PlayStation, que hasta ahora le iba ganando en todo el mundo en una proporción, aproximadamente, de tres a uno.
Esa proporción es todavía mayor en algunos países, como España donde el 85% de las consolas vendidas son de las japonesa Sony, la dueña de PlayStation y al contrario de lo que se podría pensar, posiblemente la compra de Activision por Microsoft para su división de videojuegos traiga un poco más de competencia al mercado porque muchos consumidores ya empezaban a sospechar que tener que pagar 70, 80 o 90 euros por un juego para después tener que ir desembolsando micropagos para no quedar en desventaja frente a los rivales roza la estafa.
Después queda por resolver el asunto de los sobres sorpresa, cofres o como se les quiera llamar, qué son en realidad un juegos de azar (con todas sus adicciones) camuflado en un videojuego y el modelo de suscripción de Game Pass deja fuera todas esas triquiñuelas las de las compañías de juegos que son un auténtico sacadineros. Pero ese es otro tema del que ya hablaré otro día.
Los juegos a 70, 80 o 90 euros son un robo.
Por supuesto que cada uno puede ponerle el precio que quiera a sus juegos pero los compradores también somos libres de decidir si queremos pagar ese pastizal por un juego que, para colmo, después te va a estar pidiendo que te gastes el dinero en sobres, cofres sorpresa o cualquier otro timo de la estampita.
Ya es bastante con que nos hayan quitado los juegos físicos (porque aunque te compres el CD, solo trae un pequeño instalador que te descarga el juego desde Internet) como para que ahora nos quieran quitar también la propiedad de los juegos.
Es una lástima, pero yo puedo jugar en a mis juegos de hace más de veinte años pero dentro de 20 años ya no podré jugar con los juegos actuales porque simplemente aunque te creas que lo compres, solo lo estás alquilando y si no me crees, léete los términos y condiciones que aceptas cada vez que hace una compra y verás que en realidad no adquieres derecho a nada.
Y eso con juegos individuales. Imagínate con los que son online.
Cuando les apetece, cierran el servidor y a tomar por viento el juego que tanta pasta te costó.
Es interesante eso que comentas de los juegos con premios ocultos, los sobres, los cofres y todo eso porque el tema de la ludopatía parece que se centra en las apuestas y en los casinos, como si todo este entramado de premios y micropagos no fuera una forma más de ludopatía para enganchar a los jóvenes.
Haría falta que de verdad se le metiera mano al asunto y los juegos que se financien con ese tipo de cobros, estén sometidos a la misma regulación que lo están los juegos de casino, las apuestas y todo el entramado del juego.
Yo tengo la sensación de que todo esto no dejan de ser más que peleas de ricos. A los jugadores solo nos queda esperar y ver lo que pasa y si nos viene bien jugaremos y si no nos viene bien pues volveremos a las cartas, que a mí ya se me está olvidando como se jugaba a la garrafina.