A mí no es que me preocupe que la inteligencia artificial pueda desarrollarse de manera que llegue a enfrentarse con la especie humana, es que estoy seguro de que eso antes o después va a acabar ocurriendo y que al ritmo al que se están desarrollando los acontecimientos hasta es posible que yo lo llegue a ver.
Las películas de Hollywood como Terminator, Matrix, Juegos de guerra o Inteligencia Artificial nos han presentado un futuro apocalíptico en el que las máquinas se adueñan del planeta y deciden la extinción de la especie humana como una plaga o un virus perjudicial para la Tierra. No sé si es un modelo exactamente válido pero creo que en un momento dado algo de eso podría pasar porque realmente ser como somos la especie dominante de este mundo tiene que tener a la fuerza su lado negativo.
Lo que está pasando en estos últimos meses en el campo de la inteligencia artificial es realmente pasmoso. Hace dos años a mí ni siquiera se me hubiera ocurrido que un post en mi blog como este pudiera estar ilustrado con una imagen hecha mediante inteligencia artificial en unos segundos. Sólo he tenido que irme al correspondiente robot y pedirle, literalmente, que me dibuje «una calle de una ciudad española donde las personas han sido sustituidas por robots». Eso es lo que tienes en la imagen que hay arriba; no le he tenido que dar más explicaciones ni más detalles, sólo con eso la inteligencia artificial ha sido capaz de crear ese gráfico: es alucinante.
El problema que tiene hoy la inteligencia artificial para hacerse con el planeta en plan malo malosísimo de película, es que realmente el porcentaje de nuestra realidad que está conectado a la red es todavía mínimo. Yo puedo pasear por la calle entrar en mi casa y prepararme la comida sin necesitar en ningún momento ningún aparato conectado a una red y que pueda ser manipulado a distancia por una inteligencia artificial; es decir, a la inteligencia artificial todavía le falta un brazo que ejecute lo que piense. Es verdad que sí podría controlar otra muchas máquinas, los aviones comerciales, el sistema eléctrico nacional o algunos semáforos y sistemas así pero la vida real de las personas hoy día todavía no es algo que se pueda decidir mediante un algoritmo en la otra punta del planeta. Y eso que estamos hablando de un país avanzado del primer mundo; por supuesto, si hablásemos de países atrasados o del tercer mundo el grado de influencia que podría tener la inteligencia artificial en la vida diaria de las personas es prácticamente nulo.
De todos modos para ir haciéndose una idea de lo que está por venir, ayer y hoy, Día de los Santos y Día de los Difuntos en España, se han reunido en Bletchley Park, en el Reino Unido, un montón de personas influyentes de todo el mundo llegadas de 29 países, también españoles, y ejecutivos y expertos de grandes compañías y sabios dedicados al campo de la inteligencia artificial.
Lo que tratan de descifrar todas estas cabezas pensantes es si hoy mismo la inteligencia artificial de la que disponemos hoy los ciudadanos y las que tienen las grandes compañías y los gobiernos está en condiciones de producir daños graves o catastróficos, bien sea por una deficiente programación que convierta a una inteligencia artificial en una mente pérfida, bien sea por accidente, porque esa inteligencia artificial al no estar bien programada no interprete correctamente los datos y tome una decisión absurda.
Las empresas de tecnología y las grandes multinacionales americanas, por supuesto que están a favor de que hay que confiar en que la la inteligencia artificial está aquí para ayudarnos como lo han estado todos los inventos de la humanidad hasta hoy, aunque no quieren acordarse de aquel asuntillo de la energía nuclear y las bombas atómicas. Del otro lado están quienes creen que esto nos está llevando hacia una confrontación entre humanos y máquinas que puede podría terminar con la extinción de la humanidad.
El problema que hay es que si se decide limitar el desarrollo de la inteligencia artificial va a ocurrir como está ocurriendo con las normas de contaminación: los países occidentales se autoimponen regulaciones que frenan su desarrollo y limitan su actividad económica mientras que China, India o Rusia dejan campo abierto a sus fábricas para contaminar todo lo que quieran y poder vendernos a los occidentales productos más baratos que acaban arruinando nuestras empresas. Estados Unidos lo tiene muy claro y no piensa dejar que los chinos les tomen la delantera en los temas de inteligencia artificial, en los que ahora mismo está varios pasos por delante del resto del mundo
En cualquier caso yo tengo la sensación de que digan lo que digan estos expertos, el crecimiento de la inteligencia artificial es imparable y no sirven de nada las advertencias bienintencionadas ni las precauciones que se puedan tomar. Cuando sea necesario habrá gente que se lance a desenchufar las máquinas y sólo entonces sabremos si se frenará a la inteligencia artificial o seremos aplastados por haber llegado demasiado tarde.
No nos engañemos: querer regular la inteligencia artificial es como ponerle puertas al campo.
La inmensa mayoría de los que estaban en esa cumbre no tienen ni idea de lo que se está fraguando ahora mismo en los centros de investigación avanzados sobre inteligencia artificial. Como mucho pueden tener una idea de lo que se distribuye comercialmente y de lo que todo el mundo conoce y algunas agencias gubernamentales es posible que tengan algo más de información pero la inmensa mayoría de los políticos y empresarios que estaban en esa reunión, no tienen conocimientos científicos suficientes para avanzar para entender por donde va ya la inteligencia artificial, que está varios pasos por delante del ChatGPT este que tenemos todos.
Yo también creo que ya se ha abierto la caja de Pandora y ahora lo que tenga que pasar, que pase y si no tenemos que convertir en la resistencia para luchar contra los terminators o para salir de la Matrix, y habrá que luchar.