Cada vez más tengo la sensación de que la gente que trabaja en Apple y en las grandes megacompañías tecnológicas estadounidenses son una nueva clase de chalaos americanos que reemplaza a la anterior generación, que había obtenido el éxito con sus técnicas de ventas pero que eran obesos, vestían pantalones de cuadros y en todas las películas eran los tontos de la expedición con la camisa hawaiana. Estos de Apple van siempre de negro, son todos delgaditos y muy estilosos pero tienen el cerebro devorado por el marketing.
La última idea brillante de los directivos de la compañía de la manzana mordida ha sido celebrar una presentación oficial de sus productos en la noche de Halloween porque ya sabemos que esta gente no tiene familia ni niños a los que sacar vestidos de vampiros y de brujitas y en vez de celebrar cumpleaños ellos celebran fiestas cuando cumplen objetivos de ventas.
El caso es que anteayer presentaron sus nuevos ordenadores para este año y lo hacen sobre todo en base a una nueva generación de procesadores de producción propia, la M3. Se trata de tres procesadores cuyo nombre es más chulo cuanto más rápido es: el M3 a secas, el M3 Pro y el M3 Max; ya me imagino que sabes cuál de ellos es el que más corre.
Los ordenadores de Apple, al contrario que sus teléfonos móviles, tienen una cuota de mercado muy pequeña de alrededor de un 8% en España y de un 19% en Estados Unidos pero la presentación de estos procesadores es especialmente llamativa porque dos razones:
- porque se trata de procesadores basados en la tecnología ARM, que ya no es la tradicional x86 de Intel y AMD
- porque coincide con el lanzamiento por parte de Qualcomm de su gama de procesadores Snapdragon Elite X, otro procesador para ordenadores de sobremesa y portátiles basado en ARM.
¿Y por qué esta coincidencia es tan importante? Porque por primera vez hay una alternativa real a lo que se ha llamado el modelo wintel, es decir ordenadores con sistema operativo Windows funcionando con procesadores de Intel.
Antes se habían hecho intentos de sacar ordenadores basados en sistemas ARM pero habían topado con un problema fundamental: los fabricantes de software no tenían motivos para portar sus aplicaciones a esos nuevos procesadores ya que tenían una cuota irrisoria de mercado; pero ahora todo eso ha cambiado desde que los ordenadores de Apple funcionan bajo esta arquitectura ARM y ya tienen una cuota de mercado apreciable.
La presentación del nuevo procesador Snapdragon Elite X de Qualcomm estuvo llena por supuesto de comparaciones con los procesadores de Apple y los de Intel y se mostraron todo tipo de tests en los que ofrecían mucho más rendimiento y un consumo energético muchísimo menor que los M2 Max y el i9 que hasta ahora eran el tope de aquellas compañías en el mercado. Sin embargo hay que recordar que se trata de prototipos y ya veremos cuando aparezcan en el mercado a lo largo de 2024 los primeros ordenadores con los procesadores de Qualcomm.
Desde Intel se sienten muy seguros porque la historia les apoya y hasta ahora todas las alternativas basadas en ARM resultaron irrelevantes. Ellos insisten en que la arquitectura x86 todavía tiene un largo camino por recorrer y siguen presentando cada año nuevas generaciones de procesadores cada vez más potentes y de menor consumo energético porque han elegido aumentar la densidad de transistores en su microprocesadores, una vez que los nanómetros han llegado a su límite físico como marca de la evolución de los chips.
Está por ver si los grandes fabricantes de PCs aceptan producir ordenadores que no estén basados en chip de Intel y sobre todo habrá que esperar a ver la reacción del público, de los consumidores, porque hay que recordar que hasta ahora además de Intel existe la opción de AMD dentro de la arquitectura x86 pero los compradores han depositado mayoritariamente su confianza en los productos de Intel pese a que eran más caros. Habrá que ver si los nuevos chips basados en la arquitectura ARM de Qualcomm, junto con los que han anunciado tanto AMD como Nvidia consiguen ganar una cuota significativa de mercado frente al coloso Intel que, por ahora, lo sigue mirando a todos desde la atalaya de su posición de dominio.
Desde el principio de los tiempos siempre ha sido todo una batalla contra Intel con, pero el modelo de Microsoft Windows + procesador de Intel sigue siendo todavía imbatible.
La prueba está en que los procesadores de AMD, que llevan ya un montón de años funcionando del mercado y que todo el mundo sabe que su rendimiento es muy parecido a los de Intel, tienen que tener un precio mucho más barato para conseguir que la gente los compre porque con todos sus problemas y y todo la mala prensa que se intenta lanzar contra ellos, al final los procesadores de Intel acaban dando un buen rendimiento y son el estándar para el que están hechos no sólo Microsoft Windows sino la inmensa mayoría de las aplicaciones.
Esa misma era la situación de los teléfonos de Nokia hace 20 años y ahora ya nadie se acuerda de ellos.
Siguiente el se duerme en los laureles, vendrán los otros y se comerán su mercado.