Empiezo aquí una sección dedicada al software de código abierto (open source en inglés) donde iré reseñando las que a mí me parecen las mejores aplicaciones distribuidas bajo esta filosofía informática.
Por supuesto, no te voy a aburrir con la clásica lista de ventajas del software de código abierto porque si estás leyendo algo es que ya tienes alguna curiosidad sobre la materia y, por lo menos, has oído campanas… si es que no eres un experto con más tiros que una fachada en Kiev y estás aquí bicheando.
Reseñas
Aquí irá una tabla con todo lo que vaya reseñando pero ahora mismo, lógicamente, no hay nada, que todavía no he empezado. 😀
Los orígenes
El código abierto es un concepto que, aunque parezca moderno, tiene sus raíces bien asentadas en la historia de la informática. A grosso modo, el código abierto se refiere a un software cuyo código fuente está disponible para que cualquier usuario lo estudie, modifique y mejore. Su nacimiento se remonta a los años 60 y 70, en una época donde compartir software era la norma en una comunidad académica y de investigación bastante unida. Fue en los años 80, con el advenimiento del software comercial, cuando el código abierto emergió como una respuesta a las restricciones que imponía el software propietario.
Los primeros movimientos importantes en este campo incluyen la creación de GNU por Richard Stallman y la posterior formación de la Free Software Foundation. En la década de 1990, se hizo más prominente con el nacimiento de Linux, el famoso sistema operativo de código abierto creado por Linus Torvalds. Este periodo marcó una revolución, estableciendo las bases de lo que hoy conocemos como código abierto.
Principios básicos del código abierto
Los principios del código abierto se centran en la libertad de acceso y colaboración. Primero, permite a los usuarios ver y modificar el código fuente, lo que promueve una cultura de transparencia y colaboración. Este enfoque estimula la innovación, ya que los desarrolladores de todo el mundo pueden contribuir a mejorar el software.
Segundo, el código abierto se basa en la idea de que compartir conocimientos y herramientas tecnológicas puede impulsar avances más rápidos y eficientes. Al ser accesible para todos, fomenta la educación y el aprendizaje continuo entre los desarrolladores, independientemente de su ubicación geográfica o recursos económicos.
La filosofía del código abierto es mucho más que una mera metodología de desarrollo de software; es un conjunto de valores que promueve la libertad, la colaboración y el intercambio de conocimientos. Sus defensores creen firmemente en el derecho de los usuarios a entender y controlar las herramientas que utilizan. Esto se traduce en una comunidad global donde la cooperación y el apoyo mutuo son elementos clave.
Comparación con el software cerrado
El contrapunto del código abierto es el software cerrado (o propietario si se traduce literalmente del proprietary software inglés), donde el código fuente no está disponible para el público y la modificación y redistribución del software están restringidas. Mientras que el software propietario se centra en el control y la generación de ingresos para el desarrollador o la empresa, el código abierto se basa en la colaboración y la libertad del usuario.
En el software propietario, los usuarios dependen del proveedor para obtener actualizaciones y solucionar problemas, lo que puede resultar en ciclos de desarrollo más lentos y menos personalización. Por otro lado, el código abierto permite una adaptación y mejora constantes por parte de una comunidad activa, lo que a menudo conduce a soluciones más rápidas y eficientes.
Aunque puede haber variaciones de todo tipo, en principio el software de código abierto se distribuye de forma gratuita y el cerrado hay que pagarlo (con dinero o con datos personales, por ejemplo).
Dónde ha triunfado el código abierto
Aunque más adelante iré publicando una serie de artículos dedicados en exclusiva a cada una de las aplicaciones de código abierto que yo considero que son verdaderamente útiles, desde sistemas operativos hasta herramientas de desarrollo web, el código abierto ha jugado un papel fundamental en la evolución del paisaje digital.
Linux: Posiblemente el caso de éxito más emblemático del código abierto. Linux, un sistema operativo iniciado por Linus Torvalds en 1991, ha crecido hasta convertirse en la espina dorsal de una gran cantidad de tecnologías modernas. Desde servidores web hasta smartphones (a través del Android que seguramente usa el teléfono móvil con el que estás leyendo esto, que se basa en el kernel de Linux), Linux domina en una variedad de plataformas. Su robustez, seguridad y flexibilidad lo han convertido en la elección preferida para servidores, supercomputadoras, y dispositivos de Internet de las Cosas (IoT).
Apache: El servidor web Apache es otro ejemplo brillante del éxito del código abierto. Desarrollado y mantenido por la Apache Software Foundation, ha sido uno de los servidores web más populares en Internet desde su lanzamiento en 1995. Apache es conocido por su rendimiento, seguridad y facilidad de uso, lo que lo ha hecho popular tanto entre pequeñas empresas como grandes corporaciones. Casi el 80% del tráfico web, incluido este sitio web que estás leyendo, se genera en servidores Apache.
Empresas: Muchas empresas de tecnología líderes, como Google, Facebook y Amazon, utilizan y contribuyen activamente al código abierto. Estas empresas no solo se benefician de la flexibilidad y el bajo costo del software de código abierto, sino que también contribuyen a su desarrollo, mejorando así las herramientas que utilizan. Por ejemplo, Google ha lanzado varios proyectos de código abierto, incluyendo TensorFlow, una biblioteca de software para aprendizaje automático, y Kubernetes, un sistema de gestión de contenedores.
Gobiernos: En el sector público, el código abierto ha permitido a los gobiernos mejorar la transparencia y la eficiencia de sus servicios. Países como Estonia y el Reino Unido han adoptado soluciones de código abierto para sus servicios digitales gubernamentales, reduciendo costos y aumentando la seguridad y adaptabilidad de sus sistemas. En Estados Unidos, la Casa Blanca lanzó su propio código en GitHub, promoviendo la transparencia y la colaboración ciudadana. En España existen algunas iniciativas que sobreviven con más pena que gloria como GnuLINEX o GuadaLinex en las comunidades de Extremadura y Andalucía.