Viéndolo con un poco de perspectiva, resulta que Siri, el asistente de Apple es un patético robot capaz de hacer sólo unas cuantas tareas después de un rato de programación y sobre dispositivos que hayan sido fabricados y configurados para unas pocas tareas. Siri sólo puede subir o bajar los altavoces o buscar algunas canciones entre los catálogos de las discográficas, bajar las persianas o encender y apagar algunas bombillas de determinadas marcas. Todo eso al lado de las capacidades que hoy nos muestra ChatGPT es algo absolutamente ridículo y si se piensa bien, casi bordea en la vergüenza ajena que en su momento Apple nos vendiera eso como un asistente personal para solucionarnos la vida.
Pero los tiempos cambian y ahora la tecnología ha movido el foco hacia la inteligencia artificial. Todavía no está claro si esto va a ser una moda pasajera como lo fueron la televisión en 3D o el metaverso o la inteligencia artificial conseguirá hacer cosas realmente tan útiles que se acabará adueñando de nuestras vidas. Para todas las empresas, ahora mismo utilizar la inteligencia artificial es un reto y los fabricantes de móviles casi sienten la obligación de incluir a la inteligencia artificial en sus dispositivos.
En esto Apple no es una excepción y afirman haber gastado muchos miles de millones en desarrollar su propia inteligencia artificial pero había de hoy es deben estar bastante retrasados porque no han anunciado al sustituto de Siri.
En realidad las noticias que nos llegan desde Apple son todavía peores. Parece que la empresa de Cupertino ha decidido adoptar a Ernie como su inteligencia artificial para los móviles destinados al mercado chino. Ernie es la respuesta de Baidu a ChatGPT, el famoso LLM de OpenAI, pero que tiene un unas cuantas diferencias nada irrelevantes. La primera diferencia es que, a diferencia de ChatGPT, parece ser que Ernie genera un perfil del usuario y recuerda todas sus interacciones; aprende de ti y lo que es peor, aprende sobre ti. La segunda gran diferencia de Ernie con ChatGPT es que incluye la geolocalización en su operativa, de modo que sus respuestas pueden variar según estés en un restaurante, volando en un avión o descansando tranquilamente en tu casa.
Esas diferencias que he descrito arriba podrían parecer casi un avance sobre el resto de los modelos de lenguaje pero si te digo que Baidu está sujeto a la legislación china de seguridad nacional y que los servicios de seguridad del estado chino pueden acceder a toda esa información, lo que en un principio parecía una ventaja, se transforma rápidamente en pánico, a no ser que no te importe que los servicios secretos chinos sepan qué haces, qué compras, qué comes, con quién pasas la noche, dónde vives, qué enfermedades tienes, cuánto cobras, cuáles son tus puntos débiles y donde te podrían presionar para que hicieses algo turbio a cambio de no revelar esos secretos o denunciarte ante la Agencia Tributaria o la Policía española (o chivarse a tu esposo).
Por ahora Ernie solo se va a instalar en los teléfonos de Apple distribuidos en China y en el resto del mundo se utilizará bien ChatGPT, bien Gemini, según consigan llegar a acuerdos con unos y con otros porque, de la inteligencia artificial que estaba desarrollando Apple poco se sabe pero seguramente habrá seguido el mismo camino que siguió el coche de Apple, que venía a revolucionar la industria automovilística pero que acabó siendo un producto fallido y que terminó con el despido de miles de trabajadores de la división que lo estaba desarrollando.
Instalar una de estas aplicaciones de inteligencia artificial supondrá que Apple no podrá seguir manteniendo en su estrategia de marketing que es la única reserva de privacidad que queda en el mundo de la tecnología porque su futuro asistente con IA se ejecutará en un servidor externo y eso abrirá de para en par las puertas de los dispositivos de los usuarios. Ese factor diferenciador con los teléfonos Android desaparece de un plumazo.
También se podría decir que los modelos de inteligencia artificial de OpenAI o de Google también operan en los servidores de estas compañías y no localmente en los teléfonos de los usuarios por lo que esas compañías tienen acceso a la misma información que podrían tener los servicios secretos chinos. Es cierto y es cuestión y depende del usuario decidir quién quiere que tenga esa esa información, si confía más en las compañías estadounidenses o en el Gobierno del Partido Comunista de China.
Esto que le está pasando a Apple, de todas maneras, es algo que pasa también en todos los teléfonos que tienen instalados sistemas de inteligencia artificial o aplicaciones como ChatGPT y va a persistir mientras los teléfonos móviles no tengan capacidad de computación suficiente para ejecutar modelos de lenguaje en modo local, para lo que todavía nos falta por lo menos una década. Mientras tanto hay que aceptar que a los móviles no hay que decirles nada que no queramos que se sepa fuera de nuestra casa.