El recién anunciado sistema Find My Device de Google ha llegado para revolucionar la manera en que los usuarios de Android pueden localizar sus dispositivos perdidos o robados. Este sistema no se limita simplemente a ofrecer la última ubicación conocida de un dispositivo, sino que crea una vasta red de dispositivos interconectados que ayuda a rastrear la posición actual del equipo, incluso si este está desconectado o apagado.
Siendo políticamente correcto, Find My Device, la respuesta de Android al ya conocido Find My de Apple, comparte varias similitudes con su contraparte de iOS, lo que hace que su funcionamiento sea intuitivo para aquellos que ya están familiarizados con la tecnología de Apple. Pero va más allá al incorporar no solo dispositivos móviles y tabletas, sino también objetos cotidianos como carteras, mochilas y llaves, siempre que estén equipados con rastreadores compatibles de terceros. Además, Google ha anunciado que en breve también ofrecerá compatibilidad con ciertos auriculares de marcas como Sony y JBL, que se integrarán mediante actualizaciones de software.
Hablando en plata, Google ha copiado descaradamente esta función del ecosistema de dispositivos Apple y demuestra que los tiempos en que era una empresa innovadora ya quedaron atrás y ahora se limita a copiar lo que otros hacen, comprar por sumas multimillonarias pequeñas startups innovadoras o dejar sin tocar sus productos durante años por miedo a matar a la gallina de los huevos de oro.
La red permite una gestión fácil y eficiente de múltiples dispositivos y la posibilidad de compartir la ubicación de ciertos accesorios con amigos y familiares. En el caso de pérdida, no solo se muestra la ubicación en un mapa, sino que también se puede hacer sonar el dispositivo para facilitar su localización. Esta funcionalidad se extiende incluso a aquellos dispositivos que estén fuera de línea o incluso apagados, como en el caso de los nuevos modelos Pixel 8 y Pixel 8 Pro, que incluyen hardware especializado que lo hace posible.
La privacidad es otro de los puntos fuertes destacados por Google en su publicidad. El sistema cuenta con cifrado de extremo a extremo para los datos de ubicación y está diseñado para alertar a los usuarios sobre el seguimiento no deseado, ofreciendo protecciones adicionales contra el uso malintencionado de la tecnología.
Pero, pese a todas estas avanzadas características y las promesas de mayor seguridad y conveniencia, todavía tengo mis reservas sobre activar Find My Device en mi propio teléfono cuando esté disponible en España. O sea, que no lo hará de ninguna de las maneras. ¿La razón? Bueno, aunque la red de más de mil millones de dispositivos suena impresionante, no deja de ser un poco inquietante pensar en la cantidad de datos que se comparten y gestionan a través de esta red. En un mundo donde la privacidad digital es cada vez más una reliquia del pasado, confiar otra faceta de nuestra vida digital a una gran corporación puede ser motivo de preocupación, por más cifrado y medidas de seguridad que prometan.
Además, el hecho de que la red pueda localizar prácticamente cualquier objeto que lleve un rastreador compatible, desde las llaves del coche hasta una mochila, abre la puerta a nuevos tipos de vigilancia, incluso aunque se implementen medidas para prevenir su abuso. Siempre queda la posibilidad de que los sistemas se vean comprometidos o que las políticas de privacidad cambien para adaptarse a nuevos modelos de negocio que no favorezcan tanto al usuario.
En resumen, aunque la tecnología detrás de Find My Device que Google ha copiado de Apple es indudablemente impresionante y tiene el potencial de ser extremadamente útil, la decisión de activarla no es tan sencilla como podría parecer. Requiere una consideración cuidadosa de cómo, cuándo y por qué compartimos nuestra información, y a qué costo para nuestra privacidad personal. Así que, mientras Google sigue desplegando esta función a nivel mundial, tal vez lo más prudente sea observar y esperar para ver cómo evoluciona esta tecnología y cómo responde la comunidad global a los desafíos que presenta. Mientras tanto, mantendré mis dispositivos cerca y mi escepticismo más cerca aún, aunque eso signifique tener que buscar mis llaves de la vieja manera de vez en cuando.
