Esta tarde se juega la final de la Champions League entre el Barcelona y la Juventus y no tengo pensado verla. No tengo ninguna motivación especial para ver ese partido de fútbol.
Me encantaría que la ganase un equipo español pero para mí, como para la mayoría de los españoles, un partido del Barcelona F.C. significa que piten a mi bandera y a mi Rey y sus seguidores hagan gala de todo lo que puedan mientras sea antiespañol. No verás una sola bandera española (¡pobre del ingenuo manchego o andaluz que se le ocurra ir con una!). No es que no les tenga ninguna simpatía, es que me caen como una patada en los mismísimos.
Sigue habiendo ingenuos en el resto de España que dicen que son del Barcelona y que ellos separan deporte y política pero el club al que siguen está especialmente obstinado en hacer lo contrario, en utilizar el deporte para sus fines políticos. Comprarse una camiseta del Barcelona es hacerle el juego a los independentistas catalanes. Si eres seguidor del Barcelona, luego no te irrites cuando un catalán te diga que eres de una categoría humana inferior y que no quieren compartir nada contigo, vago, que eres un vago.
Si gana la Juventus, Morata ha prometido sacar su bandera española, mi bandera. Pues mira, voy con la Juventus.