El emblemático central, que en su momento fue considerado uno de los mejores futbolistas del mundo, se enfrenta a un cruce de caminos en su trayectoria. A apenas cinco días del inicio de la competición, las grandes ligas están a punto de arrancar, y Ramos, tras su paso por el PSG, aún no ha encontrado un nuevo equipo en el que continuar su andadura. ¿Estamos siendo testigos de sus últimas horas como profesional?
Si hay un jugador que ha dejado una huella imborrable en el fútbol español, ese es Sergio Ramos. Comenzando su carrera como lateral derecho en el Sevilla y conquistando incluso el Mundial de Sudáfrica con España en esa posición, Ramos se reinventó gradualmente para convertirse en el pilar defensivo del Real Madrid. Su capacidad para dominar el juego desde el corazón de la defensa fue confirmada en escasos partidos, estableciéndose como un líder indiscutible en el campo.
Expeditivo, inteligente, potente, rápido y excepcional en el corte, Ramos se convirtió rápidamente en una muralla en el centro de la zaga, dejando una marca imborrable en la historia del Real Madrid. Además, su destreza en el juego aéreo y su instinto goleador lo convirtieron en una pieza esencial para los éxitos del club blanco. Quién podría olvidar ese gol en los últimos momentos de la final de la Champions en Lisboa, una muestra clara de la tenacidad y liderazgo que caracterizaban al sevillano.
Sin embargo, el año 2021 trajo consigo cambios. Las recurrentes lesiones de Ramos interrumpieron su continuidad en el campo, permitiéndole disputar únicamente tres partidos de los últimos 26 de la temporada. Pero las dificultades no solo surgieron en el aspecto físico. Aquella temporada marcaba el final de su contrato con el Real Madrid, y mientras él luchaba por regresar al terreno de juego, en los despachos del club se tomaban decisiones sobre su futuro. Y como suele suceder, el tiempo pasó factura.
La oferta de renovación del Real Madrid llegó con términos menos favorables de los esperados, lo que llevó a Ramos a tomar su tiempo para responder. Los días, las semanas y los meses transcurrieron, y cuando finalmente aceptó la oferta, se encontró con una sorpresa amarga: el club ya había avanzado sin él, fichando a David Alaba y considerando su propuesta caducada. Este desencuentro fue el punto de partida de su nueva travesía, y Ramos encontró refugio en el PSG, que le recibió con los brazos abiertos y un contrato sólido.
A pesar de una primera temporada marcada por las lesiones, Ramos resurgió físicamente durante su segunda campaña en el PSG, retomando su importancia en el equipo. Sin embargo, una vez más, las negociaciones contractuales se volvieron un obstáculo. Con 37 años en su documento de identidad, Ramos se encuentra en una encrucijada que pone en duda su futuro en el fútbol de élite.
Desde Sevilla hasta el Real Madrid y luego el PSG, y con las puertas de la Selección cerradas, a Ramos le queda explorar un último contrato en su carrera. Las opciones podrían ser la MLS, Arabia Saudita o incluso Argentina, pero es innegable que estos destinos podrían alejarlo de los focos y éxitos que ha experimentado hasta ahora. Tomar la decisión adecuada no es tarea sencilla, especialmente para un competidor nato, pero el tiempo no espera a nadie. La cuenta regresiva marca cinco días para el inicio de las grandes ligas, y quizás sea el momento para que Ramos se retire y comience a saborear una nueva etapa en la vida, fuera de los terrenos de juego.
