El Fútbol Club Barcelona, ese club de fútbol tan conocido por haber tenido a Messi en sus filas como por sus desventuras en el ámbito financiero, parece estar navegando nuevamente en aguas turbulentas. ¿Qué sorpresa, verdad? El último capítulo de su emocionante telenovela financiera lo protagoniza su desesperada búsqueda de inversores dispuestos a subirse al tren del negocio digital (léase, pardillos a los que sacarles los cuartos con negocios digitales inventados) y salvar al equipo de una inminente catástrofe económica. Todo, por supuesto, para poder cumplir con las reglas de Fair Play Financiero de La Liga y, quién sabe, quizás hasta inscribir a algunos nuevos jugadores a los que, aunque no jugasen, ya hay que estar pagándoles sus sueldos.
La historia se desarrolla en Nueva York, donde el Barcelona sueña con cotizar en la bolsa y recaudar un suculento botín de 1.000 millones de euros, la enésima de las palancas de Joan Laporta. Sin embargo, como en cualquier buen drama financiero, siempre hay obstáculos en el camino. En este caso, el obstáculo se llama Libero Football AG, un inversor que inicialmente prometió inyectar 40 millones de euros en la filial de negocios digitales del club catalán, pero que hasta ahora ha entregado tanto dinero como un marroquí en el cepillo de la iglesia. Solo se presentaron con 20 millones de euros y eso fue como un balón pinchado en el sueño dorado del Barcelona.
La comunicación oficial del Barcelona a la Securities Exchange Commission (SEC) deja en claro que Libero Football AG se está comportando como un jugador flojo en el campo: no cumple con sus promesas financieras. Pero el Barcelona, siempre ingenioso, ha decidido tomar cartas en el asunto. Han modificado los términos del contrato original y han ampliado la fecha de aportación del dinero hasta el 10 de octubre. ¿Será que el Barcelona está siguiendo el modelo de sus jugadores y tratando de ganar tiempo en la prórroga?
En realidad, esta situación pone en evidencia las dudas que existen sobre la capacidad del Barcelona para generar ingresos a partir de sus negocios digitales. ¿En serio alguien pensaba que las NFTs, la Web3 y el metaverso eran el camino hacia la riqueza infinita? Parece que Libero Football AG se ha dado cuenta a tiempo de la magnitud del timo y ha decidido no seguir jugando a la lotería con el Barcelona y sus visiones digitales. Y quién puede culparlos, considerando que el valor de los tokens se ha desplomado como el rendimiento defensivo del Barcelona en una noche lluviosa en el Camp Nou.
Pero ¡esperen un momento! aquí hay más giros en la trama. El Barcelona, que se aferra a la esperanza de que alguien en algún lugar crea en su proyecto de negocios digitales, ha decidido reservarse el derecho a romper el acuerdo y buscar otros inversores. Es decir, están buscando desesperadamente ese rescate financiero que les permita salir adelante y, tal vez, inscribir a un par de jugadores antes de que se cierre la ventanilla de La Liga.
Para añadir un poco más de drama, Mountain & Co, el otro socio en este enredo financiero, también ha establecido una fecha límite para seguir con el proyecto: el 9 de noviembre. Si la operación no se completa para entonces, el vehículo inversor se disolverá. Esto suena a un reloj en cuenta atrás para el Barcelona, que se encuentra en una carrera contra el tiempo para encontrar inversores dispuestos a unirse a esta aventura financiera.
Las discrepancias sobre la valoración de la empresa digital del Barcelona son un tema recurrente en esta saga. Algunos consideran que la valoración de 1.000 millones de euros es una mera fantasía, especialmente después del desplome de los tókens y las decisiones de empresas como Meta (anteriormente conocida como Facebook) de detener sus inversiones millonarias en el metaverso. Parece que la realidad está chocando con las ambiciones desmedidas del Barcelona y eso es algo que ya deberían estar acostumbrados a experimentar pero no se acaban de enterar: quieren seguir siendo un club grande.
En un último giro de los acontecimientos, el presidente del Barcelona y su junta directiva se vieron obligados a presentar avales personales respaldados por el Banco Sabadell para inscribir a algunos jugadores. Esto parece una especie de juego de azar financiero donde cada movimiento del Barcelona es una apuesta para evitar caer en la quiebra.
En resumen, la situación financiera del Barcelona parece más incierta que nunca. Su intento de salir a bolsa en Nueva York y recaudar 1.000 millones de euros se encuentra en el limbo financiero, con inversores renuentes y una valoración dudosa de sus activos digitales. Si esta historia continúa, quién sabe qué sorpresas nos deparará el próximo episodio. Lo que sí podemos estar seguros es que Joan Laporta nunca deja de sorprender con su habilidad para meterse en líos financieros.
