A mí todo este embrollo de los árbitros de la liga española me tiene fascinado. Que los responsables del juego limpio sean ahora culpables de juego sucio es algo que está más allá de mis entendederas.
Cuando se habla de denuncias por cohecho o se acusa de amaños, lo normal es que los responsables de investigar esas infracciones digan que les encantaría tener alguna prueba contundente de que ha existido alguna clase de pago para obtener beneficios ilícitos pero que no pueden hacer nada porque, al no existir una prueba, todo se basa en sospechas. En el caso del Barcelona y los árbitros, resulta que la justificación es exactamente la contraria para sorpresa de todos: lo primero que aparece son las facturas porque el Barcelona, con toda la desfachatez del mundo, intenta deducirse los pagos a los árbitros como un gasto y la justicia deportiva y la ordinaria en vez de admitir directamente que eso es la prueba más contundente de que existe el cohecho, aceptan discutir los argumentos del Barcelona sobre si hubo o no beneficios arbitrales o si esos pagos respondían a informes bienintencionados que jamás influyeron en el arbitraje. A partir de ahí la credibilidad del arbitraje español está por los suelos.
Yo siempre he defendido la integridad de los árbitros y soy de los que se oponen a la implantación del videoarbitraje, el famoso VAR, porque creyendo que los árbitros actuaban de buena fe, pensaba que debían de ser un factor más del juego, como el viento, el césped o un músculo que no le funciona al futbolista y por el que manda el penalti al tercer anfiteatro.
Pero ahora resulta que no, que no es que el VAR sea solo una mala decisión técnica que no contribuye en nada a mejorar el espectáculo del fútbol, es que ahora se ha sabido que los arbitrajes estaban monitorizados por los comisarios políticos del Barcelona. No se puede caer más bajo.
El sistema consistía en que de la sala VOR, que es donde está el árbitro asistente y el técnico de repeticiones salía un cablecito (virtual, entiéndase) a través del que se mandaba una señal a la comisión técnica del CTA, allí donde campaba a sus anchas Negreira. Por supuesto desde los organismos arbitrales ahora alegan que esa supervisión era meramente técnica y servía para supervisar la coherencia de de la señal y el correcto funcionamiento de todo el sistema pero sabiendo lo que ya sabemos, a mí no me cabe ninguna duda de que los dirigentes arbitrales presionaban a los árbitros para que resolvieran a favor de uno u otro equipo.
El reglamento de este vídeoarbitraje prohíbe que nadie contacte con los árbitros que están dentro de la sala para evitar precisamente esas presiones pero el comité arbitral, al querer desmentir la existencia de presiones, ha admitido que el director de operaciones en la sala digamos anexa, tenía a su disposición un teléfono que le permitía contactar con los árbitros VAR y a la vez con los directivos del arbitraje. Aunque no se sabe con certeza, no es de extrañar que ese director de operaciones transmitiese las instrucciones de Clos Gómez, del Comité Técnico Arbitral, a los árbitros del VAR en pleno partido para cambiar sus decisiones en uno u otro sentido.
Esto no viene más que a enturbiar todavía más si cabe la competición liguera y a desprestigiar a España y a su fútbol. La corrupción campa a sus anchas y no existen resortes para ponerle freno.
A mí cada vez más, La Liga me huele a cuerno quemado.
La liga española no es que esté bajo sospecha, es que ya todo el mundo sabe que es un cachondeo y que los árbitros están controlados a distancia por una mafia que maneja los árbitros y amaña los resultados.
Si la liga quería presentarse como una alternativa a la Premier League se acaban de poner un palo en las ruedas y el tortazo que se va a dar va a ser mayúsculo.
La única esperanza del fútbol español es que salga una nueva generación de futbolistas que nos lleve a ganar algo a nivel internacional y volvamos a tener el respeto futbolístico que podríamos tener si esta banda de delincuentes que dirige el fútbol no se lo estuvieran cargando
No creo que la Liga Española siga pensando que puede ofrecer un espectáculo parecido al de la Premier.
Pero en lo de que se la están cargando, te doy toda la razón.