Desde que Laporta llegó al Barcelona y se conoció la desastrosa gestión económica que las anteriores directivas habían hecho del club catalán, no hay mes en el que no haya un sobresalto en el Camp Nou o donde tengan ahora las oficinas porque el Camp Nou me parece a mí que no está para muchos trotes.
Laporta ha hecho famosa la técnica de las palancas, consistente en vender activos e ingresos futuros para financiar el derroche actual y así ha conseguido ir salvando, a base de ventas y de artificios contables, las sucesivas crisis que las reglas de gasto imponían al Barcelona. Que la entidad catalana está en quiebra técnica y que si no fuera mes que un club estaría ya descendido es algo que todos asumimos pero el nivel de trapacería contable al que ha llegado Laporta ya va más allá de lo razonable.
Ahora resulta que Libero, una de las empresas que se había comprometido a aportar capital para la formación de una serie de sociedades que iban a explotar los derechos del club en el metaverso y en otras cuantas áreas fantasiosas de Internet, ha decidido que no sigue adelante con la aventura/tontería y que no va a aportar los cuarenta millones de euros a los que se había comprometido. Cuarenta millones de euros podrían no parecer demasiado teniendo en cuenta los presupuestos con los que se mueven los grandes clubs europeos pero este impago deja realmente al Barcelona en una situación insostenible por algo que ahora te explico.
El Barcelona había decidido comercializar sus derechos en internet y en el metaverso separadamente creando una serie de sociedades la principal de las cuales sería Barça Visión que valoró en mil millones de euros. Es un auténtico disparate pensar que se iba a mover esa cantidad de dinero ni ahora ni en un futuro más o menos cercano pero es la valoración que hizo el club y en la que aceptaron entrar varios socios. Esos socios no entraban desembolsando el 100% del valor de la sociedad sino que compraban una parte de la parte que se sacaba a bolsa. O sea que si el club decía que Barça Visión valía mil millones y se sacaba a bolsa el diez por ciento, cuando los socios capitalistas como Libero aportaban cien millones, estaban ratificando que la nueva sociedad valdría efectivamente mil millones, con lo cual el valor del Barcelona subiría automáticamente en mil millones.
Todo ese castillo de naipes se le ha venido abajo a Laporta cuando Libero ha dicho que no aporta los cuarenta millones comprometidos y las normas de fairplay financiero de La Liga dejan de aceptar esa nueva valoración de mil millones adicionales para fijar los límites de gasto en fichajes y salariales del club, con lo que el fútbol club Barcelona ahora se ve abocado a seguir las reglas de gasto conforme a su situación real actual e incluso a compensar los pasados fichajes con sus correspondientes salarios astronómicos que se hicieron pensando que esta venta de mil millones se iba a formalizar.
En cualquier caso, todos sabemos que esto da igual porque el Barcelona tiene carta blanca para hacer lo que le parezca y que Javier Tebas, el principal ejecutivo de La Liga, no dudará en inventarse lo que haga falta y modificar las reglas que sean necesarias para que el Barcelona siga pudiendo hacer todas las trampas y todos los trapicheos que sean necesarios para mantenerse en la competición.
Se ve que no era bastante con comprar los árbitros sino que necesitan que a ellos se les aplicase una normativa financiera especial porque se ve que los del FC Barcelona son más guays que el resto. Que los catalanes son diferentes está a la vista de todos, no solo en el fútbol sino también en las cosas de la política nacional, pero lo que ya no empieza a estar tan claro es que sean los más listos y, visto lo visto, va a ser que no.