Cuando el verano pasado el Real Madrid anunció el fichaje de Joselu Mato tuve que buscar rápidamente en Internet quién era ese jugador y en qué posición jugaba y me quedé maravillado con el nuevo fichaje porque
- era un jugador español y el Real Madrid, por fin, había dejado de recurrir a todos esos futbolistinhas y delanterovics que vienen con aura de estrellas internacionales del fútbol pero que a la hora de la verdad son jugadores del montón
- era un canterano del Real Madrid, uno de tantos, que no había conseguido llegar al primer equipo y había tenido una larguísima carrera en el fútbol profesional en mejores y peores campos
- por fin el Real Madrid se decidía a fichar a un delantero centro, el clásico tanque que se lanza al área para rematar de cabeza y enchufar todo lo que pase cerca de la portería, posición que nunca ha tenido buenas reputación en el Santiago Bernabéu desde los tiempos de Santillana… y ya ha llovido, por poco que esté cayendo últimamente.
Dentro de mi entusiasmo con el fichaje del nuevo jugador, aposté al que haría entre treinta y treinta y cinco goles esta temporada pero ahora mismo lo tiene difícil, no imposible, porque ya ha pasado más de la mitad del curso y solo lleva doce goles. A mí me encantaría que el doblete que consiguió ayer frente al Getafe le inyecte confianza para asentarse como delantero centro y le entren todas las ocasiones que hasta ahora ha venido fallando de manera incomprensible.
Ayer frente al Getafe Sanmartín Mato, como aparecía en el marcador de la retransmisión, marcó dos goles de puro delantero centro como mandan los cánones. El primero de ellos al borde del área pequeña tras recibir un centro del lateral derecho y, elevándose sobre su marcador, picando el balón a la esquina contraria de la portería: un remate de libro.
El segundo de los goles lo marcó desde el borde del área, tras recibir el balón y preparárselo en dos toques para el disparo: fuerte, abajo y colocado. Este es el típico gol de killer que se consigue cuando se tiene confianza y que espero que se repita a mucha más veces esta temporada.
Incluso pudo marcar un tercer gol si no hubiera sido tan generoso y se lo hubiera cedido a Vinicius que, para colmo, lo falló de forma estrepitosa cuando estaba solo frente al portero e intentó una vaselina blandita que el cancerbero detuvo con solo levantar el brazo. Son cosas de la estrella pero, ya se sabe, este juega en la selección brasileña y es absolutamente intocable aunque cometa fallos clamorosos como el de ayer. Por un error igual que ese o más leve, Joselu pidió perdón a la grada madridista.
La temporada que está haciendo Joselu en el Real Madrid a sus 33 años es todavía mejor si se compara con su equivalente en el Barcelona, el polaco Lewandowski que ha jugado un 50% más de minutos pero lleva solo un gol más que el canterano madridista, trece por doce de Joselu. El delantero del Real Madrid marca un gol cada 89 minutos mientras que el delantero del Barcelona lo hace cada 119 minutos y esa diferencia entre ambos podría verse como lo más normal del mundo si no fuera porque el fichaje de Joselu costó cero euros y el de Lewandowski cincuenta millones de euros y el español cobra dos millones de euros al año y el polaco veintiséis, que el año que viene por las cosas de los contratos de Laporta, sus tácticas contables y sus palancas, serán más la temporada que viene.
Finalmente, hay que destacar la doble condición de madridista de pro y currante del fútbol de Joselu que después de ser la estrella del partido declara a la televisión «Para mí es un sueño, el simple hecho de poder estar aquí, he venido para aprovechar momentos como el de hoy, estoy súper orgulloso todo lo que he hecho en mi vida y carrera para poder acabar aquí y estoy disfrutando como un niño pequeño.» Es para quererlo.
Y a todo esto, el Real Madrid ha dejado pasar la ventana de fichajes de enero sin contratar ni a un solo nuevo jugador porque consideran que con la plantilla actual tienen suficiente. Se les ve muy confiados aunque desde fuera podría parecer que andan un poco cortos de defensas. Lo bueno de esta actitud del Real Madrid de desechar el mercado de invierno y dejarlo para clubes desesperados es que permite que desde el filial vayan subiendo canteranos y se vayan incorporando poco a poco al primer equipo para cubrir las bajas por lesión que este año están siendo especialmente graves y prolongadas. Hasta ahora la planificación del equipo se ha hecho contando solo con los fichajes veraniegos y, visto lo visto, el resultado es impecable.