En la previa del Gran Premio de Japón de Fórmula 1, el circuito de Suzuka se vistió de gala para acoger una de las clasificaciones más emocionantes de la temporada 2024. Con una mezcla de veteranía, juventud y táctica, los pilotos desplegaron todo su talento en busca de la posición de privilegio para la carrera dominical. Max Verstappen, del equipo Red Bull, confirmó una vez más por qué es uno de los favoritos al título, al asegurarse la pole position. Su compañero de equipo, Sergio «Checo» Pérez, demostró que está más en forma que nunca, situándose a tan solo 66 milésimas del neerlandés, prometiendo una batalla reñida para el día siguiente.
Lando Norris, por su parte, logró una vuelta excepcional que le valió el tercer puesto en la parrilla, superando a los españoles Carlos Sainz y Fernando Alonso. La actuación de Sainz fue notable, superando a su compañero de equipo en Ferrari, Charles Leclerc, quien no ocultó su frustración ante los resultados. Alonso, sin embargo, fue la sorpresa de la jornada, adaptándose rápidamente a las nuevas piezas de su Aston Martin y colocándose en una posición prometedora para luchar por el podio, algo que, considerando el rendimiento del AMR24 en esta pista, roza lo heroico.
La clasificación no fue tan favorable para George Russell, quien quedó relegado a una posición por debajo de lo esperado, especialmente al ser superado por su compañero en Mercedes, Lewis Hamilton. Este resultado no augura nada bueno para Russell, especialmente en un circuito que demanda una gran habilidad técnica y precisión.
La Q2 y la Q1 nos dejaron momentos de tensión y emoción, con Alonso y Sainz mostrando su capacidad para estar entre los mejores, a pesar de las limitaciones de sus monoplazas en comparación con los líderes. La eliminación de Lance Stroll en la Q1 fue una de las sorpresas negativas, destacando la exigencia técnica de Suzuka, que no perdona errores ni carencias.
Mirando hacia la carrera, las expectativas están puestas en la estrategia que puedan desplegar tanto Sainz como Alonso para escalar posiciones y luchar por un lugar en el podio. La proximidad entre los tiempos sugiere que cualquier detalle, como la elección de neumáticos o el manejo de la degradación, puede ser crucial para el resultado final. La actuación de los pilotos españoles, en particular, genera una gran anticipación, ya que ambos han demostrado tener la capacidad y la determinación para enfrentarse a rivales que, en teoría, cuentan con un material superior.
¿Por qué tiene todavía más mérito haberlo conseguido en Suzuka?
El circuito de Suzuka, una joya en el calendario de la Fórmula 1, es conocido por ser uno de los trazados más técnicos y exigentes del mundo. Su diseño único, que combina una serie de curvas rápidas, sectores técnicos y cambios de elevación, lo convierte en un verdadero desafío tanto para pilotos como para ingenieros. Aquí vamos a desgranar las características que hacen de Suzuka un circuito tan técnico y qué demanda de quienes se atreven a domarlo.
Suzuka es el único circuito en el calendario de la Fórmula 1 que posee un diseño en forma de ocho, con una sección de la pista cruzando sobre otra mediante un puente. Esta disposición no solo es única estéticamente sino que también presenta un desafío técnico adicional, al variar la elevación y la inclinación de la pista en puntos críticos. Esta característica obliga a los pilotos a adaptar constantemente su estilo de conducción y a los ingenieros a ajustar la configuración del coche para equilibrar la carga aerodinámica y la tracción en todas las secciones del circuito para poder hacer curvas a alta y baja velocidad en ambas direcciones.
Suzuka alberga algunas de las curvas más icónicas y desafiantes del mundo, como las famosas «eses» en el primer sector. Este complejo de curvas rápidas, enlazadas entre sí, exige precisión milimétrica y un equilibrio perfecto del coche. Los pilotos deben trazar una línea muy precisa para mantener la velocidad a través de todo el sector, lo que pone a prueba su habilidad y la aerodinámica del vehículo. La capacidad de mantener la velocidad a través de estas curvas puede marcar la diferencia entre una vuelta rápida y una mediocre.
La topografía ondulada de Suzuka añade un elemento adicional de complejidad. Los cambios de elevación no solo afectan la aerodinámica del coche sino también la visibilidad del piloto y la distribución de peso del coche. La subida hacia la curva de la horquilla y la bajada hacia la última chicane requieren ajustes constantes en la frenada y el acelerador, lo que demanda una gran habilidad y precisión por parte del piloto.
La última chicane antes de la recta de meta y la curva 130R son dos puntos críticos que demandan lo mejor de pilotos y máquinas. La chicane requiere una frenada muy precisa y una rápida aceleración para no perder tiempo, mientras que la 130R, una de las curvas más rápidas del calendario, es un verdadero test de valor y confianza en el coche. Tomar la 130R a pleno gas y con la línea correcta es crucial para una vuelta rápida, pero cualquier error puede tener consecuencias graves.
Suzuka también es conocido por sus impredecibles condiciones meteorológicas, con la posibilidad de lluvia siempre presente. La lluvia no solo hace que la pista sea más resbaladiza y peligrosa, sino que también magnifica cualquier debilidad en la configuración del coche o en la habilidad del piloto, haciendo aún más difícil la tarea de completar una vuelta limpia y rápida.