Llegar a semifinales de la Champions League es un mérito para cualquier equipo de fútbol europeo. Simplemente basta con pensar que el Real Madrid puede medir su jerarquía europea, además de la inmensa cantidad de copas de Europa que atesora, por el hecho de que en los últimos años siempre está entre los cuatro mejores del continente.
Llegar a donde ha llegado este año el PSG no es fácil y requiere muchos años de esfuerzo y dedicación y un poquito de suerte o cantidades ingentes de dinero, como han puesto los jeques de los petrodólares en el equipo francés mediante artimañas contables que violentan absolutamente el espíritu de las normas de fair play financiero de la competición continental. El PSG está construido alrededor de Mbappé y la única misión de los otros 10 jugadores es asegurarse de que la estrella francesa pueda marcar goles, pero el plan elaborado por el entrenador español Luis Enrique parece no haber surtido los efectos oportunos y el equipo francés no ha conseguido marcar ni un solo gol en los ciento ochenta minutos de la eliminatoria.
Es verdad que ayer el PSG estrelló tres balones contra la madera que permiten decir que no ganó la eliminatoria por centímetros pero cuando hayan pasado unos meses nadie recordará eso y quedará la fría estadística de un equipo incapaz de marcar un gol. A ver si es que alguien recuerda ahora el resultado de una eliminatoria del Bayer de Múnich en 1988 ¿verdad que no?
El partido de ayer era interesante para los aficionados españoles por dos motivos: primero porque el ganador puede ser el rival del Real Madrid en la final si es que consigue superar hoy al Bayer de Múnich, que yo creo que sí pero es un partido de fútbol y hay que ganarlo. El segundo motivo de interés era por ver la actuación de Mbappé a sabiendas de que en unos días anunciará que ha fichado por el Real Madrid y si eso iba a influir en su actitud en el terreno de juegos punto
Que Mbappé va a fichar por el Real Madrid es algo que ya todos damos por hecho pero yo tenía la curiosidad de saber sí iba a levantar un poco el pie en este partido porque en el fondo pudiera ser que no tuviese muchas ganas de enfrentarse al Real Madrid y perder en la final de la Champions. Cuando en julio se incorpore a la disciplina madridista por lo menos llegará al vestuario sin haber sido derrotado por el club blanco en una final.
Mbappé llega con 26 años y es posible que ya hayamos visto lo mejor que podía dar de sí en su carrera punto no olvidemos que el pico de fuerza física y explosividad de un deportista está alrededor de los veinticinco años que es la edad que tiene ahora el jugador francés y a partir de este momento va a empezar un declive físico que todos podremos comprobar en los cinco años de contrato que parece que va a tener con el Real Madrid.
Lo que sigue es indudable es que en Mbappé llega tarde y la cara de frustración que muestra en la imagen que encabeza este artículo no esconde que gracias a los dos años adicionales que ha estado en el París Saint Germain ha acumulado humillaciones deportivas que se podría haber ahorrado si hubiese fichado por el Madrid la primera vez que se lo plantearon pero se ha hecho absolutamente multimillonario y que ahora hay muchas cosas que le importan un comino. Ya veremos si las personas que le rodean se acomodan a Madrid y a la manera de llevar las cosas de la entidad blanca y no acaba generando problemas porque a partir de ahora empieza a importar el fútbol y no el dinero.
Posiblemente se puede entender que el Real Madrid va a salvar la carrera de Mbappé y en esas condiciones, el club blanco podría exigirle un pago al delantero francés, una pequeña parte de toda la fortuna que ha acumulado, o al menos pedirle que entre al vestuario con un poquito de modestia.
Los aficionados estamos expectantes por lo que pueda dar de sí un Real Madrid con el plantel de figuras que ya tiene y la llegada de Mbappé y, no lo olvidemos, la jovencísima estrella brasileña Endrick, que va a marcar el fútbol europeo (que es lo mismo que decir el fútbol mundial) durante la próxima década. Aunque es pronto para decirlo, igual tenemos la suerte de volver a ver algo parecido a lo que vimos la década pasada cuando pudimos disfrutar de la competencia entre Cristiano Ronaldo y Leonel Messi que llevó a Real Madrid y Barcelona a copar los las competiciones europeas.