En estos momentos el Real Madrid está en un círculo virtuoso en el que no para de recibir buenas noticias. El partido de ayer contra el Alavés, en el que pasó por encima del conjunto vasco como una apisonadora, no es más que una demostración más del excelente momento de forma y de juego que atraviesan sus jugadores.
Ahora mismo el Madrid funciona como un mecanismo bien engrasado y ya se están recuperando los jugadores que sufrieron gravísimas lesiones al principio de la temporada. Ayer en el partido del Alavés Thibaut Courtois fue titular y mantuvo su portería a cero.
Ahora mismo Ancelotti tiene un problema porque tiene que elegir entre Lunin y Courtois para defender la portería del Real Madrid en la final de la Champions League que tendrá lugar en el estadio de Wembley el próximo uno de junio. Estas dos semanas serán claves para confirmar la recuperación de del portero belga y el entrenador italiano tendrá la dificilísima papeleta de decidir a quién coloca bajo los palos.
Por un lado Lunin ha hecho una campaña espectacular y, después de tantos años de paciente suplencia, cuando el club le ha necesitado a estado a la altura exigida. No ha cometido ningún error considerable ni, por supuesto, ha tenido ningún fallo que haya complicado la clasificación o los resultados del Real Madrid ni en Liga ni en la Champions League. Tiene a su favor la lealtad absoluta al club y su paciencia y trabajo en la portería. Parte del mérito de haber llegado a la final de la Champions le pertenece a él.
Por el otro lado Thibaut Courtois era el mejor portero del mundo hasta el momento en el que se lesionó primero y después recayó. Ahora ha vuelto a los terrenos de juegos y parece que sigue a un altísimo nivel. En el partido de ayer contra el Alavés hizo dos intervenciones de mérito que estuvieron al nivel del fabuloso portero que todos recordamos. Tiene a su favor su enorme categoría de portero y un juego exterior muchísimo mejor que el de Lunin.
Ahora le corresponde a Ancelotti evaluar cuál de sus porteros puede servir mejor al Real Madrid en la final de Wembley y además tiene que pensar cómo hacerlo para mantener el buen clima en la plantilla porque, recordemos, el entrenador italiano no destaca por su conocimiento futbolísticos o sus elaboradas estrategias sino que ha llegado a ganar títulos al más alto nivel en varios clubs porque es un excepcional gestor de plantillas. De hecho, yo pienso que viendo la acumulación de estrellas de nivel mundial que va a tener el año que viene el vestuario madridista, no hay entrenador mejor para el puesto que Ancelotti.
Después de una temporada haciendo alineaciones a la virolé, con la enfermería llena hasta la bandera, el entrenador italiano se encuentra ahora con todos los jugadores a su disposición y un problema que para sí querrían casi todos los entrenadores del mundo: tiene tantos jugadores tan buenos que tiene que dejar a algunos fuera de la alineación pero haciéndoles que se sientan partícipes de las victorias o las derrotas del equipo.
Ya veremos qué acaba decidiendo para la final de Wembley y cómo se lo toma el portero que se quede en el banquillo aunque yo lo que quiero es que el Real Madrid gané esa final y luego… ya veremos.