Después de ganarle a Italia ayer como le ganamos, porque hay que reconocer que fue un auténtico baño, lo normal es que ahora los aficionados españoles estemos pensando que somos los mejores del mundo y que no hay nadie capaz de plantarnos cara de aquí a julio y ya estamos dando por hecho que vamos a ganar esta Eurocopa. Seguro que los forofos fichajeros ya están haciendo cuentas de cuánto va a pagar Guardiola por llevarse a Nico Williams y debatiendo si ahora es mejor que Vinicius todo ese tipo de discusiones de barra de bar.
Lo que se vio ayer en el campo fue una selección española muy superior a la italiana. De entrada los dos equipos tenían perfiles parecidos porque responden a la misma escuela y ambos parten sin grandes megafiguras globales pero con un grupo consistente de buenos jugadores fajados en las mejores ligas. Sin embargo, una vez echó a rodar el balón esta vez se vieron dos diferencias muy notables entre los españoles y los italianos:
- Los jugadores italianos parecían estar técnicamente un puntito por debajo de los españoles; no se trata de que Lamal o Williams fuese muy rápidos o que Carvajal y Cucurella cerrasen sus bandas a cal y canto, lo llamativo era que los italianos no daban pases con la suficiente tensión (es decir, fuertes y bien orientados) y los controles en las recepciones tampoco eran buenos. Yo ayer no vi a la selección italiana al altísimo nivel al que nos tenía acostumbrados.
- El esquema de juego español, basado en la presión alta y en la verticalidad, se demostró muy superior a la de contemporización (palabra políticamente correcta para describir «cerrar mal los espacios en defensa») que hicieron los italianos. Hay un dato que resulta revelador y es que más de la mitad de las faltas que hizo la selección española ocurrieron en campo italiano durante la presión para recuperar balón. También es significativo que Luis de la Fuente acabase sustituyendo a todo el ataque español absolutamente agotado después de perseguir a los defensas italianos cuando éstos intentaban sacar el balón jugado.
En cuanto a los jugadores individualmente, ayer hicieron más o menos lo que se espera de todos ellos pero sobresalieron para bien y para mal Cucurella y Pedri.
- Pedri fue un freno constante a la velocidad que exigía el planteamiento de Luis de la Fuente. No entro en los remates fallidos que pudo convertir en gol porque entiendo que hay un componente de suerte y girar un poquito más el tobillo para hacer que el balón entre en la portería no te convierte en un gran jugador, por mucho que ese gol fallado por Pedri hubiera podido cambiar el partido. A lo que sí le doy importancia es a que viendo las jugadas en las que participaba Pedri no tuve ayer la sensación de que jugara con sentido o que hiciera fluir el juego ofensivo como se esperaba de él. Se supone que un medio centro ofensivo debería haber hecho una cantidad enorme de asistencias y aperturas y debería haberse girado rápidamente muchas veces para dar velocidad al juego pero no hizo nada de eso. Fue un jugador ramplón que no estuvo a la altura del equipo.
- El que sí que sobresalió por encima de los demás fue Cucurella porque muchos aficionados, entre los que me incluyo yo mismo, pensábamos antes de empezar el campeonato que la banda izquierda estaba reservada para Grimaldo por la fabulosa temporada que había hecho en el Bayer Leverkusen. De la Fuente eligió a Cucurella y, aunque no sabemos qué podría haber aportado el valenciano, está claro que el pelazo más famoso de la Eurocopa se ha ganado la banda izquierda. Hay que destacar también que Cucurella venía haciendo una buena campaña en el Chelsea pero he leído bastantes tweets de aficionados ingleses que usan los dos partidos que lleva jugados con la selección para explicar por qué debe seguir en la banda izquierda del Chelsea, o sea, que tampoco estaba siendo en su equipo tan determinante como lo está siendo en la selección española; es posible que jugando en un equipo inglés Cucurella tenga que abarcar más carril en la banda izquierda porque no tiene por delante a fenómenos como Fabián o Nico Williams y por eso su rendimiento allí sea inferior al espectáculo que está dando con la selección. Es sólo una hipótesis pero yo creo que por ahí van los tiros.
Ahora toca ganarle a Albania, que seguro que le vamos a ganar, y empezar las eliminatorias que es lo realmente emocionante de estas competiciones. Después de haber disfrutado ya de un porrón de partidos de la Eurocopa y ver que el nivel de juego de todos los favoritos no está resultando especialmente brillante, ahora tengo ciertas esperanzas en que la Selección española acabe convirtiéndose en la selección con más títulos nacionales europeos (aunque ya lo es, si se cuenta la Nations League pero a mí me da pereza incluir eso entre los títulos importantes).
Lo de Pedri ayer fue para verlo: ya no es sólo que sea más un 8 que un 10 (su fuerte no es jugar de espaldas y dar el último pase sino jugar más atrás y llegar en vez de estar), sino que parece que siempre le falta un punto físico para llegar a balones divididos o acelerar las jugadas. Además, ayer estuvo especialmente fallón a la hora de tomar decisiones: siempre daba un toque de más o no jugaba donde tocaba (no supo leer el partido ni el marcaje agresivo de Calafiori, que podría haber aprovechado Morata atacando al espacio). Por otro lado, tanto Cucurella como Carvajal son claves en esta España por el punto de competitividad que aportan: ganan duelos, son fuertes en la recuperación, no pierden el sitio y suben con criterio. Algo parecido a lo que ocurre con Ferland Mendy y el propio Carvajal en el Real Madrid. Falta lo de siempre, el gol, pero esta vez parece haber muchos más mimbres para que España llegue lejos en la Eurocopa. El primer examen ya se ha aprobado con nota.
Morata es otro que ayer no tuvo su día pero es algo a lo que ya estamos más o menos acostumbrados.
A ver si hay suerte y De la Fuente deja en el banquillo y sienta a Pedri, que tiene un buen puñado de jugadores para elegir; será por centrocampistas…