Ayer Francia y Holanda consiguieron el primer 0-0 de la Eurocopa y ofrecieron un triste espectáculo en el que creo que ha sido uno de los peores partidos del torneo hasta la fecha.
Buena parte de la culpa del gris espectáculo que ví ayer se debe al planteamiento rácano de ambos entrenadores, Deschamps y Koeman, más empeñados en no encajar que en ganar el partido. En el lado francés hay que sumar la ausencia de Mbappé que no sólo restó calidad al ataque francés sino que pareció que sin su estrella el equipo galo resulte ramplón y no muestre ningún plan de juego. Para entender la parquedad del juego francés basta entender que la ausencia de Mbappé fue cubierta con Tchouameni que, al asociarse con Kanté y Rabiot se dedicaron en cuerpo y alma a destruir el juego holandés pero aportaron entre poco y nada al ataque. Del lado francés el planteamiento también era ultraconservador y Koeman alineó dos pivotes por delante de la defensa, suficientes para frenar a Mbappé aunque éste mirase con resignación el partido desde el banquillo y no mostrase ni un segundo la famosa máscara negra con la que podría jugar el próximo partido.
Con este planteamiento el partido fue absolutamente soporífero y el balón recorrió muchos kilómetros en horizontal con constantes pases de seguridad hacia atrás. Apenas hubo alguna jugada de peligro después de los dos ataques, uno por cada lado, que se produjeron en los primeros minutos y la única oportunidad clara que tuvo Francia ¡en el minuto 65! ya se encargó Griezman de dejarla en nada como es habitual. Inmediatamente después los holandeses marcaron un gol que fue anulado porque tras la revisión del VAR se pudo comprobar cómo un atacante en fuera de juego obstaculizaba al portero.
Y a partir de ahí, la nada más absoluta porque Deschampos sólo hizo un par de cambios hombre por hombre para no romper el esquema y Koeman cambió a un delantero para meter a un poste alto a ver si sonaba la flauta pero tampoco recibió nada ni consiguió rematar decentemente ni una sola vez.
La suerte para Francia es que se enfrenta en la última jornada a Polonia, que ya está eliminada del torneo y podrá pasar como segunda de grupo o incluso primera si consigue golear a los polacos y ganar el golaverage a los holandeses.
Holanda se tendrá que enfrentar a Austria, que ayer cuajó un gran partido frente a Polonia y, visto lo visto, no es descartable que consigan imponerse a los de Koeman. Éste es un partido interesante para nosotros porque el perdedor del duelo entre estos dos equipos acabará siendo tercero del grupo D de la Eurocopa y será nuestro próximo rival el día 30 en Colonia. Casi tengo la sensación de que este nuevo formato, en el que sólo se quedan fuera ocho equipos de la primera ronda, hace que la fase de grupos sea un mero trámite y que la verdadera competición empieza en las eliminatorias.
Al final, el partido de ayer sirve para constatar que Deschamps es un entrenador mediocre que podría sacar mucho más partido a la plantilla que tiene, por ejemplo, incorporando a Camavinga al mediocampo creativo, pero prefiere no arriesgar porque confía en que el regreso de su estrella al terreno de juego devuelva a Francia a la senda de la victoria a partir de encajar pocos goles y tampoco se puede negar, viendo las últimas competiciones internacionales, que ese plan le ha funcionado en los últimos años pero necesita imperativamente a Mbappé para que meta algún gol de vez en cuando.
