El Barcelona lleva varios años siendo un circo y si no fuera por el desprestigio que provoca a La Liga española, podrían tomarse todas las noticias que lo rodean como un serial cómico-deportivo.
El último capítulo de la sitcom culé gira en torno a la inscripción de Dani Olmo en La Liga porque ya han transcurrido diecisiete días desde que se anunció el fichaje y se han jugado dos partidos sin que el internacional español, que ha sido fichado desde el Leipzig germano por un pastizal, con un contrato de 6 temporadas, haya podido participar.
Si estuviésemos hablando de un canterano recién llegado desde La Masía o uno de esos fichajes internacionales que hace el Barcelona trayéndose desde Brasil o Argentina chavales que luego son revendidos al peso sin haber ni siquiera pisado el Camp Nou, se podría entender. Lo que a mí me extraña es que Dani Olmo, un jugador con un prestigio internacional de campanillas y que acaba de ser campeón de Europa con la selección española haya entrado en estos juegos del Barcelona. Desde luego le debe tirar mucho su condición de canterano barcelonista sabiendo que todo lo que promete Laporta está condicionado al desastroso estado de las cuentas del club y a la imaginación, la mayoría de las veces al borde de la legalidad, del equipo directivo del club catalán.
El hecho es que ya parece que Dani Olmo está inscrito en la Liga y podrá jugar este martes el partido de la tercera jornada frente al Rayo Vallecano si Hansi Flick, el técnico barcelonista, decide incluirlo en la convocatoria. Para inscribir a Olmo el Barcelona ha tenido que retorcer otra vez las normas del Fair Play financiero porque ya se sabe que andan más tiesos que la mojama y todas sus operaciones para vender Barça Studios, Barça Media y todo tipo de artefactos financieros parece que no le está dando el resultado soñado. Al haber vendido a Gundogan, que regresa al Manchester City de Guardiola y libera una ficha de veinte millones de euros brutos, parecía que habría hueco en el límite de masa salarial para inscribir a Dani Olmo pero las cuentas del Barcelona están tan al límite que no ha sido suficiente y Laporta ha tenido otra idea brillante.
Dada su condición de abogado, Laporta se ha leído muy bien el articulado de las reglas del Fair Play financiero y ha encontrado una cláusula que permite inscribir provisionalmente a un jugador si otro jugador de la plantilla está lesionado para más de tres meses así que han encontrado que Andreas christensen, sufre una lesión que hasta ahora parecía que le iba a tener un mes retirado de los terrenos de juego (parece que es una lesión relativamente leve en el tendón de Aquiles) y han cambiado su parte de baja para afirmar tajantemente que está seriamente lesionado y no volverá a jugar con el Barcelona por lo menos hasta diciembre: ya se puede inscribir a Dani Olmo. ¡Aparcao!.
Esto, por supuesto, al primero que ha mosqueado ha sido al propio Christensen que se ve desplazado del club porque él sabe que su lesión es relativamente leve, que se curará en tres o cuatro semanas y lo que quiere es jugar, no quedarse fuera del equipo. Para más inri entre los días siete y veinte de octubre hay una ventana de selecciones que las selecciones europeas aprovecharán para disputar la tercera y cuarta jornada de la Liga de Naciones y el jugador danés ya podría estar en condiciones de regresar a los terrenos de juegos, de manera que el entrenador Morten Wieghorst podría convocarle para esos partidos de Dinamarca frente a España y Suiza el próximo mes de octubre. Ya tenemos la polémica servida. Si al menos fuera contra Lituania o Macedonia podría pasar desapercibido, pero también es mala suerte que el primer partido sea contra España.
En cualquier caso la inscripción de Dani Olmo es provisional hasta el treinta y uno de diciembre próximo y para entonces ya veremos lo que ocurre aunque a mí no me cabe ninguna duda de que Laporta encontrará otra trampa para seguir chanchulleando y salirse con la suya sin cumplir las reglas del Fair Play financiero.
Y todavía está por ver cómo van a pagar las obras del Camp Nou: el espectáculo continua.