Ayer lunes se supo que El Corte Inglés ha llegado a un acuerdo con sus sindicatos para reducir en dos mil personas los servicios centrales. Seiscientos de estos empleados serán prejubilados con bajas incentivadas y el resto pasan a las tiendas.
Según la compañía este cambio se debe a que la modernización y el desarrollo de los procesos experimentados en los últimos tiempos, léase informatización, ha hecho que sean necesarios muchos menos trabajadores en las oficinas mientras que la atención personalizada, una de las señas de identidad de la empresa, sigue exigiendo a personas que atiendan a personas.
Esta es una tendencia que se repite en todas las grandes empresas del mundo y que en las multinacionales tecnológicas se está traduciendo en el despido de miles y miles de trabajadores, mientras se contrata a cantidades ingentes de trabajadores para las áreas comerciales y de atención al cliente.
Seguramente, por sus pesadas inercias, El Corte Inglés fuese una de las empresas que más necesitaban un cambio de este calado y es posible que en los próximos años veamos todavía más movimientos en la misma dirección para garantizar no ya el éxito sino la supervivencia misma de la empresa.