La Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha estallado contra al chiringuito de Tezanos.
En Podemos han puesto ahora la cara de estar muy dignados al ver que la última encuesta del CIS les perjudicaba aun cuando los datos de la encuesta sin cocinar indicaban que los encuestados no habían dado esa nota tan baja al partido morado.
La realidad de las encuestas, de todas las encuestas, es que una vez recibidos los datos en bruto, las empresas de demoscopia aplican unas reglas para ajustar los resultados que reciben a los que realmente creen que se producen en las urnas. Por ejemplo los votantes de Podemos son propensos a decir que votan a la formación fundada por Pablo Iglesias pero los votantes del Partido Popular tienden más a decir que son apolíticos o que prefieren no revelar la orientación de su voto y por eso es necesario ajustar los datos en bruto de la encuesta.
Con esos datos y con los antecedentes entre los resultados de las encuestas de años anteriores y las elecciones a los que se referían, las empresas cocinan los resultados para intentar ajustarse al resultado final que creen que se va a producir. Por supuesto, esto abre la puerta a que se produzcan excesos en esa cocina y las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas español son un claro ejemplo de esto, ya que elección tras elección han ido fallando en sus predicciones que siempre sobreponderaban al PSOE y a los partidos de izquierdas y perjudicaban al Partido Popular y a los partidos de derechas.
Al parecer, en el CIS han pensado que Sumar y Podemos se presentarán por separado y eso les va a quitar un par de puntos en los resultados, lo cual resultaría mortal para el partido morado por culpa del sistema electoral español. En Podemos piensan que hasta que no se demuestre que Sumar se lleva algún voto, todos los votos a la izquierda del PSOE son suyos y que esta encuesta es una mentira como una casa.
La cara de falsa sorpresa de los dirigentes de Podemos ahora que han visto que esa cocina no les favorece resulta enternecedoramente ridícula. Hasta ahora nunca han dicho nada mientras veían que los supuestos sondeos del CIS les favorecían y perjudicaban a la derecha. Ellos están en el Gobierno y no pueden acusar a nadie de que ese órgano del Gobierno de unos resultados tan falsos, deberían arreglarlo en casa, es decir, que deberían ordenar su cocina antes de enseñar el menú al resto de los invitados.
Y una última nota: si el CIS acierta y Sumar hace que Podemos baje sólo un 2% su intención de voto a nivel nacional, va a ser que el efecto de Yolanda Díaz no es para tanto y el tortazo que se van a dar va a tener narices.
Como siempre pasa con todas estas encuestas, habrá que esperar hasta el recuento de los votos para saber cuáles eran las más ajustadas a la realidad y cuáles fallaron estrepitosamente (en este grupo es donde últimamente entra el CIS, claro).
