Aunque el gobierno diga que a la gente le interesa sobre todo el cambio climático y los problemas del colectivo trans (porque parece que le preguntó sólo a funcionarios, chiringuiteros y estudiantes de instituto), a la gente lo que sí que le preocupa es la próxima revisión de su préstamo hipotecario.
Este mes vuelven a tener malas noticias: el Euríbor cierra marzo en el 3,647%, más de una décima de su nivel del mes de febrero, lo que vuelve a encarecer las hipotecas y, sobre todo, es un varapalo para las familias que revisan su hipoteca anualmente y que verán el recibo incrementado en unos doscientos cincuenta euros de media.
El problema que esta subida del Euríbor plantea no es que sea una subida importante sino que, además, la tendencia sigue siendo al alza. Es posible que el enfriamiento de los mercados causado por el menor renta disponible de las familias frene un poco a la inflación pero tanto los gobiernos de la eurozona como el de Estados Unidos o Japón siguen incurriendo en déficits masivos que lógicamente solo pueden provocar inflación.
Si alguien dijo que no pasaba nada por incurrir en grandes déficits estructurales, o lo que es lo mismo, poner a funcionar la impresora de billetes, ahora puede comprobar los resultados.
Y si no que se lo pregunten a las familias que van a revisar este mes o hipoteca.
