En todas las casas antes o después se acaba produciendo siempre una infectación por el gusano de la harina. Basta con dejar un paquete de harina algún tiempo olvidado en el fondo de un armario para que empecemos a ver gusanitos andando por la cocina. El Tenebrio Molitor es un animal con una capacidad de reproducción y una resistencia increíble.
Estas capacidades de reproducirse y su facilidad para desarrollarse lo han convertido en el objetivo de experimentos encaminados a aprovechar todas las fases de su vida porque, aunque lo normal es conocerlo como gusano, el animal tiene cuatro fases: huevo, larva, pupa y adulto. En cada una de esas fases va generando distintos componentes químicos que sirven como materia prima para múltiples productos.
Las larvas ofrecen proteínas y grasas no saturadas que son perfectas para la producción de piensos animales. Podría parecer un uso espúreo, casi un desperdicio o un subproducto, pero se entiende mejor su importancia si se tiene en cuenta que aproximadamente el cuarenta por ciento de los terrenos agrícolas del mundo están destinados a producir forraje para animales de los que nos acabaremos alimentando, es decir, si se sustituye ese cuarenta por ciento de terreno agrícola por la producción industrial de estas larvas podrá quedar mucha más tierra disponible para producir alimentos o para recuperarla como zona forestal. Pero no es sólo la agricultura el objetivo de estos piensos industriales sino que la acuicultura va a ser uno de los mayores mercados para las larvas del gusano de la harina; en un par de décadas habremos pasado de la pesca marítima convencional a consumir pescados de todo tipo criados en factorías en el interior, cerca de los mercados de consumo.
Además de este uso principal como fuente de piensos, los gusanos de la harina producen un excremento que resulta ser un abono de cualidades excepcionales porque regenera los suelos, tiene propiedades fungicidas, ayuda a controlar las plantas y retiene agua, como se ve, la panacea de cualquier cultivo. Pero además cuando el Tenebrio molitor se ha convertido en adulto se convierte en un escarabajo y su caparazón contiene quitina pero de esa quitina se obtiene a su vez el quitosano, que sirve entre otras cosas para elaborar tratamientos dermatológicos y plásticos biodegradables.
Todo esto, que parece pertenecer a un futuro lejano, ya está sucediendo y para sorpresa de nadie el país puntero en esta técnica es España, donde la empresa Tebrio está construyendo una fábrica, o tal vez mejor una granja de ochenta mil metros cuadrados de superficie y que supone una inversión de ochenta millones de euros.
Por supuesto, hay que dejar claro que estos piensos por el momento no están destinados al consumo humano ni es su objetivo que lo vayan a estar en mucho tiempo y no porque técnicamente no fuese posible producir alimentos en base a estos gusanos y a sus derivados sino porque, en realidad, la dieta de los países occidentales, que son su mercado natural, jamás ha tenido los insectos entre los platos de la cocina de ningún país así que difícilmente se van a ir incorporando los gusanos como como plato a la dieta de Europa América y los países más civilizados de de Asia.
No te asustes pero el trigo es el territorio natural de estos gusanos y la harina que tienes en tu casa o algunas pastas de estilo italiano tienen miles de huevos de Tenebrio Molitor que, si los dejas abandonados el suficiente tiempo en condiciones adecuadas de oscuridad y humedad, se acabarán convirtiendo en gusanos. Normalmente mueren todos al cocinar la harina antes de llegar a desarrollarse pero todo este artículo, a fin de cuentas, va de algo que tienes mucho más cerca de lo que te podías imaginar.
