El Tribunal General de la Unión Europea ha desestimado la petición de Carles Puigdemont y de otros dos eurodiputados de Juntos por Cataluña, Toni Comín y Clara Ponsatí, que para que se reconociera su inmunidad como europarlamentarios y se bloquease cualquier intento español de ejecutar su extradición mediante una euroorden.
La pregunta que planea sobre este asunto es si Sánchez indultaría a Puigdemont después de todo el circo mediático montado por el ex presidente de la Generalidad de Cataluña con su fuga a Bélgica. La suerte para Sánchez es que la resolución no es firme y todavía puede ser recurrida en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y, como todos los delincuentes, Puigdemont va a apurar hasta el último recurso posible para evitar su extradición.
La verdad es que el circo de Puigdemont ya no interesa mucho y nadie presta atención a sus payasadas pero si volviese impunemente a España sería una clara señal de que nuestras instituciones, nuestra justicia en particular, no funcionan al nivel al que deberían estar.
Y lo peor de todo es que casi todos los españoles nos tememos que no van a dar la talla.
La fuga de Puigdemont
En un giro sorprendente de los eventos que rodearon la declaración de independencia de Cataluña, el expresidente Carles Puigdemont protagonizó una cobarde fuga tras declarar unilateralmente la independencia de la región. Su desaparición dejó perplejos a los ciudadanos catalanes y generó una ola de incertidumbre política en la región, especialmente entre los independentistas que sí decidieron quedarse y aguantar a pie firme la respuesta de los tribunales.
En el Parlamento de Cataluña, Carles Puigdemont declaró la independencia de Cataluña, a pesar de la firme oposición del gobierno español y la comunidad internacional. La declaración fue ampliamente celebrada por muchos partidarios del movimiento independentista, pero también fue vista como un acto desafiante y provocador por parte de quienes defienden la unidad de España.
Tras la polémica declaración de independencia, el expresidente catalán se encontraba en una posición de alto riesgo. Consciente de las posibles consecuencias legales y políticas que enfrentaría si permanecía en España, Puigdemont optó por escapar clandestinamente. Sin dar aviso a sus colaboradores más cercanos, abandonó Barcelona y se dirigió hacia un destino desconocido.
Tras la fuga de Puigdemont, se desató un intenso debate sobre su paradero. Durante varios días, los medios de comunicación especularon sobre su ubicación mientras las autoridades españolas iniciaron una búsqueda intensiva para detenerlo y ponerlo a disposición de la justicia. Sin embargo, el expresidente logró evadir la captura, pese a ser detenido temporalmente en Alemania y acabó recalando en Bélgica, país escogido por muchos delincuentes europeos por su desastroso sistema judicial. La fuga de Puigdemont fue visto por los propios independentistas como un acto de cobardía y traición a sus compañeros de aventuras, algunos de los cuales acabaron ingresando en prisión mientras el fugitivo vivía a cuerpo de rey en una mansión belga.
En el ámbito internacional, la Unión Europea también se pronunció, exhortando a la unidad y el respeto a la legalidad en el marco de la Constitución española pero no ha podido evitar que Puigdemont use y abuse de todos los sistemas y garantías que la legislación europea padece para evitar ser extraditado a España.