La semana pasada el Banco Central Europeo hizo público los resultados de uno de los ejercicios contables que habitualmente hace pasar a las entidades financieras europeas para verificar su solvencia. Cuatro bancos españoles han salido en los últimos puestos y podrían tener problemas en caso de tener que vender rápidamente sus carteras de deuda pública, tal y como le pasó a los bancos americanos como el Silicon valley bank que quebraron hace unos meses por la misma razón.
Te lo explico: los bancos se financian tomando dinero del público, de los depositantes que meten su dinero en cuentas corrientes, pero el banco para obtener más rentabilidad coge todo ese dinero y lo invierte en deuda pública a tres, cinco o diez años de plazo. Todo eso funciona perfectamente mientras los tipos de interés son estables pero si se produce un cambio como el que ahora se ha producido, en el que los cambie los tipos de interés han subido rápidamente, pudiera darse el caso de que los depositantes, los clientes, se llevasen el dinero de la cuenta corriente que no les rinde nada para invertirlo en deuda pública. En ese momento el banco tiene que vender su deuda pública para darle el dinero al cliente y aquí es donde el banco se ve en dificultades. El problema consiste en que el banco compró esa deuda, pongamos por ejemplo al 1% de interés y a 10 años pero ahora la deuda pública existente la oferta el estado al 4%. Por lo cual nadie quiere comprar la deuda del banco salvo si se la vende mucho más barata con lo cual el banco acaba recibiendo por la deuda menos dinero del que necesita para devolver al cliente el dinero que figura en su extracto de cuenta corriente y sufre pérdidas que pueden llegar a descapitalizarlo.
El análisis del Banco Central Europeo reveló que casi 18.000 millones corresponden a bancos españoles que se podrían ver en problemas si todos los clientes acudiesen en masa a retirar el saldo que figura en sus cuentas corrientes. En términos relativos según el porcentaje de capital que representan, las mayores pérdidas corresponderían a Ibercaja con un 57% de su capital en riesgo, seguida de Cajamar con un 39%, Unicaja con un 30% y Caixabank con un 26%. Por ahora esos bancos dicen sentirse tranquilos en este tema porque hasta ahora los clientes no han acudido a retirar sus depósitos y porque son muchos clientes con saldos muy pequeños y cubiertos en su mayor parte por el Fondo de Garantía de Depósitos por lo que es difícil que se desate un pánico bancario como el que se llevó por delante a los bancos americanos.
¿Pero están los ahorradores realmente seguros?
La posibilidad de que un banco enfrente dificultades financieras o incluso quiebre puede generar inseguridad entre los ahorradores. Es aquí donde entra en juego el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), una entidad creada para proteger los ahorros de los clientes de los bancos y asegurar la estabilidad del sistema financiero.
El Fondo de Garantía de Depósitos en España es un mecanismo financiero gestionado por el Banco de España, que tiene como objetivo proteger los ahorros de los clientes en caso de quiebra o insolvencia de una entidad bancaria. La creación del FGD en España está regulada por la Ley 16/2011, de 24 de junio, de Contratos de Crédito al Consumo.
El funcionamiento del Fondo de Garantía de Depósitos en España se basa en la recopilación de contribuciones obligatorias de las entidades bancarias. Cada banco miembro está obligado a contribuir financieramente al fondo en función del volumen de sus depósitos y de la evaluación del riesgo que representa para el sistema financiero. Cuanto mayor sea el riesgo asociado con un banco, mayor será la contribución que debe realizar al FGD.
El FGD en España cubre los depósitos en euros y en otras monedas extranjeras, hasta un límite establecido por la normativa. En la actualidad, la cobertura es de hasta 100.000 euros por titular y entidad. Esto significa que si un cliente tiene varios depósitos en diferentes cuentas en el mismo banco, la cobertura total no excederá los 100.000 euros pero si tiene cuentas en varios bancos, el límite será de de 100.000 euros para cada cuenta en un banco distinto o, si se abre una cuenta a nombre de cada uno de los hijos, 100.000 euros por cabeza.
El principal beneficio del FGD en España es la protección que brinda a los ahorros de los clientes. Los depositantes tienen la tranquilidad de que una parte significativa de sus fondos está asegurada en caso de problemas financieros en el banco porque la existencia de un FGD en España fomenta la confianza del público en el sistema financiero. La seguridad de que los depósitos están protegidos reduce la posibilidad de una retirada masiva de fondos en momentos de crisis. El FGD juega un papel importante en la preservación de la estabilidad financiera en España. Al garantizar la devolución de los depósitos, se evita una crisis sistémica que podría tener un impacto negativo en toda la economía.
Aunque el FGD en España proporciona una protección esencial para los ahorradores, también enfrenta desafíos y limitaciones:
- Límites de cobertura: A pesar de que la cobertura del FGD en España es de 100.000 euros por titular y entidad, algunos ahorradores con saldos más altos pueden no estar completamente protegidos por el fondo en caso de quiebra bancaria.
- Financiamiento insuficiente: Si una crisis afecta a varios bancos al mismo tiempo, el fondo podría enfrentar dificultades para hacer frente a todas las demandas de reembolso.
- Riesgo moral en los bancos: Existe la posibilidad de que algunos bancos asuman mayores riesgos, confiando en la protección del FGD, lo que podría llevar a prácticas financieras imprudentes.