Desde ERC afirman que Pedro Sánchez va a tragar con todo porque tiene un estómago de acero
Pedro Sánchez y su equipo de seguidores parecen dispuestos a hacer cualquier concesión con tal de mantenerse en el poder. La última muestra de esta entrega inquebrantable es su promesa de amnistía a los condenados y procesados por los hechos delictivos del 1-O en Cataluña, una exigencia planteada por ERC y Junts como condición para su apoyo en la investidura. A pesar de lo controvertido de este asunto, los socialistas están dispuestos a pasar por encima de la legalidad y la justicia para cumplir con sus aliados separatistas.
Este acto de desprecio por el Estado de Derecho no sorprende viniendo de un partido que bajo el liderazgo de Sánchez ha demostrado repetidamente su inclinación hacia el independentismo catalán. Ya han indultado a los líderes condenados por el Tribunal Supremo, derogado la sedición y suavizado la malversación, todo en aras de apaciguar a los secesionistas y asegurarse su apoyo político.
Incluso en medio de críticas y cuestionamientos en el resto de España, Sánchez y sus seguidores persisten en su búsqueda de complacer a los separatistas. Joan Queralt, un profesor de Derecho Penal convertido en senador de ERC, admira esta actitud del PSOE y en una entrevista concedida a ElNacional.cat afirma que Sánchez tiene «un estómago de acero» para llevar adelante la agenda independentista.
Queralt y otros defensores de esta amnistía intentan disfrazarla de algo menos impactante, insistiendo en que no se trata de un perdón, sino de borrar el delito y la pena. Aunque en realidad, este intento de reescribir la historia judicial de Cataluña solo servirá para eximir de sus responsabilidades a quienes han infringido la ley de manera flagrante.
El hecho de que la palabra «amnistía» no esté presente en el acuerdo entre ERC y el PSOE para la investidura de Francina Armengol como presidenta del Congreso es mera semántica. Queralt justifica esta omisión diciendo que cada uno puede interpretar las cosas como desee, pero la realidad es que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para mantenerse en el Gobierno de España con el apoyo de los separatistas.
A pesar de las advertencias y críticas, Sánchez y su partido persisten en su camino hacia la amnistía. Incluso cuando juristas señalan que la Constitución prohíbe los indultos generales y que la amnistía anularía la facultad del poder judicial para impartir justicia, los socialistas siguen adelante. No les importa que sus acciones minen los fundamentos de la legalidad y la equidad.
Queralt y sus colegas independentistas plantean que la amnistía es crucial para avanzar hacia la autodeterminación y el referéndum en Cataluña. Sin embargo, este argumento parece más una excusa para evadir la justicia que una verdadera aspiración democrática. En última instancia, la determinación de Sánchez por complacer a sus aliados separatistas está erosionando la integridad de la justicia y la unidad de España.