En un acto de inicio de curso del Partido Popular en Madrid, la incansable presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha hecho una reaparición que ha dejado a todos los presentes con las cejas encajadas en la frente. A su lado, el líder del PP y ex-presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, recibió un apoyo inquebrantable de Ayuso en sus negociaciones para asumir su investidura. Sin embargo, lo que realmente resonó en el evento fue la advertencia firme pero necesaria de Ayuso sobre la necesidad de plantar cara sin miramientos al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Ayuso, siempre franca y directa en sus discursos, no dudó en señalar que el PSOE ya no encarna los principios que alguna vez defendió. En palabras contundentes, subrayó cómo los «supuestos valores socialistas» se han desvanecido en el tiempo, dejando a un partido que se desvía de su camino y traiciona a su legado. No obstante, la presidenta no solo señaló la decadencia del partido rival, sino que también alentó a Feijóo a considerar todas las posibilidades para plantar cara a este nuevo Partido Socialista que solo busca la permanencia en el poder aunque sea a costa de ceder la iniciativa a comunistas, independentistas o partidos filoterroristas.
En este encuentro, Ayuso destacó la crítica situación en la que se encuentra España debido a la presencia de un frente que opera en contra de los intereses de la nación. Con pasión, planteó la falta de propuestas viables por parte de este frente «anti», resaltando la necesidad de un liderazgo comprometido en defender a España en tiempos de dificultades sin caer en la ingenuidad de que exista todavía un PSOE bueno o esperando que algún diputado socialista vaya a romper la disciplina de voto aunque, como Page, hagan declaraciones que podrían hacer pensar que van a ser capaces de llevar la contraria a la dirección del Partido. Ayuso le recordó a Feijoo que no hay que ser blando ni perder el tiempo pensando que se puede negociar algo con Pedro Sánchez (tal y como se ha visto estos días) o esperando que el PSOE vaya a hacer algo por el bien de España si eso supone salir de Moncloa.
La presidenta madrileña advirtió sobre el peligro que acecha a España si este nuevo gobierno prevalece, advirtiendo sobre una cuesta abajo que llevaría a la nación a un terreno peligroso, caracterizado por la división y el debilitamiento de la cohesión social. Fue un llamado a la acción para mantener el Estado de Derecho y preservar la esencia de la convivencia en la sociedad española, centrándose en los temas que realmente importan y dejando de lado agendas y temáticas que sólo importan a la izquierda de redes sociales.
La pasión y determinación de Ayuso se hicieron aún más evidentes cuando expresó su total confianza en Feijóo como el defensor de España. En sus palabras, el líder gallego se debería convertir en la «garantía» de que España no sería desmantelada por unos pocos votos. Ayuso cuestionó cuántos más «atropellos jurídicos» podrían soportar y señaló las condenas previas del actual presidente, Pedro Sánchez, por parte del Tribunal Constitucional. Esta voz valiente y franca, encarnada por Ayuso, le marca claramente el camino a Feijoo destacando la necesidad urgente de un liderazgo que defienda los valores fundamentales de España y no permita que se erosionen por agendas partidistas.
