En el complejo escenario político español, el liderazgo y la influencia dentro de los partidos políticos a menudo cambian y evolucionan, impulsados por factores diversos, como decisiones políticas, desafíos actuales y la percepción pública. En este contexto, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid se encuentra en el epicentro de un movimiento que muestra por qué ejerce de hecho el liderazgo del Partido Popular y por qué antes o después acabará ocupando la presidencia del partido en lugar de Núñez Feijoo, que camina hacia la irrelevancia, más preocupado por ser aceptado por los socialistas buenos que por resolver los problemas reales de España.
Uno de los eventos que ha posicionado a Ayuso como una figura destacada en el panorama político nacional es su defensa apasionada y enérgica de la educación en la Comunidad de Madrid en contra de la Ley Celaá, conocida también por sus siglas como LOMLOE. Esta legislación, aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez en diciembre de 2020, ha sido criticada por su «indefinición» y «confusión» en varios aspectos, como la desaparición de las notas, la impartición de contenidos, los currículos y el desarrollo de la progresión educativa. En general esta ley sigue la política del PSOE de arruinar la educación con el objeto de tener votantes manipulables y que dependan de las pagas que el partido mantiene con dinero público.
El Gobierno madrileño, bajo la dirección de Ayuso y su Consejero de Educación, Emilio Viciana, ha decidido enfrentar esta normativa con determinación. Han buscado fortalecer aquellos aspectos que consideran más ambiguos para mejorar la calidad de la educación en Madrid. Esta iniciativa no se limita a la Comunidad de Madrid, ya que Ayuso ha establecido contactos informales con las otras once regiones gobernadas por el Partido Popular para colaborar en la defensa de la educación, creando criterios uniformes para la mayor parte del país que se opongan a la demolición socialista del sistema educativo.
En su esfuerzo por garantizar una educación de calidad y no ideológica, Ayuso ha anunciado la colaboración con instituciones académicas de renombre, como la Real Academia Española, la Real Academia de la Historia, la de Bellas Artes y la de Ciencias Exactas. Su objetivo es asegurar que los manuales escolares sean efectivos y rigurosos, alejados de cualquier agenda ideológica o ingeniería social.
Además, Ayuso ha presentado el Plan por la Libertad, la Pluralidad y la Calidad en la Educación, con el cual pretende mantener el sistema de calificación alfanumérica, proporcionando a los padres una comprensión clara del rendimiento de sus hijos, a los alumnos una calificación justa y a los profesores un criterio confiable. Esta medida es vista como un compromiso sólido para garantizar la transparencia y la calidad en la educación madrileña.
En el marco de este plan, Ayuso también se ha comprometido a que los temarios se impartan en su totalidad, promoviendo una educación integral y completa. Además, busca implementar metodologías que permitan a los estudiantes expresarse correctamente en español, tanto de forma oral como escrita. La importancia del dominio del español en España es un aspecto que Ayuso enfatiza, promoviendo la celebración de exámenes orales y públicos, así como la defensa oral de los trabajos.
El liderazgo de Ayuso en la defensa de la educación en Madrid y su compromiso con la calidad y la libertad en la enseñanza es una muestra más de su relevancia, no sólo en su comunidad autónoma sino también a nivel nacional. Mientras tanto, el discurso confuso e inoperante de Núñez Feijóo en el Partido Popular (proponiéndose, por ejemplo, para una investudura que hasta el Tato sabe que va a perder) abre el camino para que Ayuso le arrebate un papel de liderazgo en la formación política. Su determinación y visión en la política son evidencia de que Ayuso desempeñará un papel crucial en la configuración del futuro del Partido Popular en España.