En un escenario financiero marcado por una persistente inflación y un largo período de tipos de interés bajos, la rentabilidad de los depósitos bancarios en España ha empezado a repuntar. Esta situación representa un cambio significativo para los ahorradores, que durante años vieron cómo sus depósitos y cuentas corrientes apenas generaban intereses o, en algunos casos, incluso requerían el pago de comisiones por mantener el dinero en el banco. Sin embargo, aunque esta mejora es bienvenida, la pregunta que surge es por qué los bancos han tardado tanto en aumentar las tasas de interés en un ambiente de alta inflación. A continuación, analizaremos las razones detrás de esta demora.
Exceso de liquidez y contexto internacional
Uno de los factores clave que ha influido en la demora de los bancos españoles en ofrecer rentabilidades más atractivas en sus depósitos ha sido el exceso de liquidez en el sistema financiero. Durante años, los bancos acumularon grandes cantidades de dinero debido a la política monetaria de los bancos centrales, que mantuvieron tipos de interés cercanos a cero y realizaron masivas inyecciones de liquidez en la economía. Este exceso de fondos disponibles hizo que los bancos no tuvieran la necesidad inmediata de atraer más depósitos, ya que tenían suficiente liquidez para operar.
A nivel internacional, otros países europeos ya habían elevado las tasas de interés en sus depósitos mucho antes que España. En julio, el interés promedio en la zona euro alcanzó el 2,8%, su nivel más alto desde 2012. Sin embargo, en España, los bancos apenas ofrecían tasas del 2,3% en depósitos a plazo en ese mismo período.
La reciente competencia entre las entidades bancarias para atraer depósitos a través de ofertas cada vez más atractivas es un síntoma del control que ejercen las grandes entidades financieras sobre una porción muy significativa del mercado español o, mirándolo desde el otro lado, del carácter conservador del ahorrador español medio. La guerra de los depósitos, que no se veía desde la crisis financiera internacional hace 15 años, es una señal de que los bancos consideran que la demanda de ahorro ha aumentado y eso, a medio plazo, podría traducirse en tensiones de liquidez como las que hemos visto en algunos bancos estadounidenses con desastrosos resultados.
Diferencial con otras inversiones
A pesar de que las tasas de interés en los depósitos bancarios han aumentado, siguen siendo inferiores a las que ofrecen otras opciones de inversión. Por ejemplo, las letras del Tesoro a 1 año ofrecen un 3,6% de rentabilidad, lo que supera el 2,3% de interés promedio en los depósitos en España. Esto significa que los inversores más sofisticados pueden optar por alternativas más atractivas en términos de rendimiento.
Los bancos pequeños y los que operan online sí que están entrando en esta guerra por captar depósitos y, por ejemplo, la cuenta Facto del banco BFF ofrece un interés del 4% en depósitos a 1 año a partir de 5.000 euros, mientras que Banco Mediolanum lanzó una oferta del 4% TAE. Por encima del 3% anual se pueden encontrar depósitos en Banco Finantia, Pibank y Banca March, seguidos de EBN Banco o MyInvestor. No son los únicos. Cada vez son más las entidades que se lanzan a la guerra con depósitos por encima del 2% a plazos incluso más cortos, como es el caso de Openbank a 6 meses, ING a 4 meses o Caixabank.
Los bancos más grandes se han mantenido relativamente rezagados en la carrera por ofrecer tasas de interés más altas en los depósitos. Esto se debe, en parte, a que estas instituciones cuentan con niveles significativos de liquidez, lo que les permite atender las retiradas de fondos a corto plazo que el banco tiene invertidos en activos a largo plazo y financiar sus operaciones sin depender en gran medida de la captación de ahorros de particulares. Sin embargo, a medida que la competencia se intensifica y la economía se recupera, es inevitable que también los bancos más grandes se sumen a la batalla por atraer depósitos.
La cuenta corriente y la rentabilidad
A pesar del aumento en las tasas de interés de los depósitos, la remuneración de las cuentas corrientes sigue siendo baja. Esto se debe a que la mayoría de los hogares españoles utilizan sus cuentas corrientes como herramienta de pago y necesitan mantener cierta liquidez para hacer frente a los recibos por lo que ese dinero no se puede mover a otros productos de ahorro, donde la rentabilidad ofrecida es mayor. Aunque la rentabilidad media de las cuentas corrientes ha subido ligeramente en los últimos meses, sigue estando por debajo de la de los depósitos.
En resumen, la tardanza de los bancos españoles en aumentar la retribución de los depósitos en un entorno de alta inflación se debe a una combinación de factores, como el exceso de liquidez, la competencia, la diferencia con otras inversiones y la relativa comodidad de los bancos más grandes con sus niveles de liquidez. Sin embargo, esta demora está comenzando a disiparse a medida que la competencia en el sector financiero se intensifica, lo que beneficia a los ahorradores en busca de mejores rendimientos para sus fondos.