Yo estoy harto ya de oír decir a los políticos que están en el Gobierno y también al Partido Popular que sus objetivos están alineados con la agenda 2030. Como a mucha gente, me da la sensación de que ese plan no está hecho pensando en los intereses de los ciudadanos o del planeta sino que atiende a una agenda política concreta que, como efecto colateral, a los ciudadanos de las democracias liberales occidentales nos deja jodidos a base de bien.
Aunque todo el plan que encierra la llamada agenda 2030 abarca muchos campos que nos afectan directamente en nuestra vida cotidiana, me voy a centrar ahora en el tema de la producción de energía y las emisiones de efectos de gases de efecto invernadero, aunque básicamente se limita al CO2 que alimenta y fertiliza a la materia vegetal de todo el planeta.
De entrada te pido que te tomes unos minutos y hagas clic en este enlace que te pongo a continuación para consultar en la página datos macro los últimos datos disponibles sobre emisiones de CO2. Se trata de que tengas una opinión formada por ti mismo a través de los datos disponibles y no esperes a que todos esos que gastan sin despeinarse millones de litros de queroseno viajando en aviones privados, sean políticos, deportistas o artistas multimillonarios, te digan lo que tienes que pensar.
https://datosmacro.expansion.com/energia-y-medio-ambiente/emisiones-co2
Si has visto los datos que hay en esa página verás que, a la hora de la verdad, España Alemania, Francia, Estados Unidos y todas las grandes economías occidentales han reducido sus niveles de contaminación por CO2 en una proporción que está entre el 20 y el 40% en los últimos quince años. Para hacer eso ha habido que asumir un aumento de costes de producción brutal porque se ha sustituido la generación de energía con fuentes contaminantes por energías teóricamente limpias. Cerrar las minas de carbón que alimentaban las centrales térmicas para sustituirlas por campos de placas solares fabricadas en China tiene un coste altísimo a nivel económico y, lo más importante, a nivel social porque ha arrasado comarcas enteras de nuestro país para trasladar esa riqueza hacia China. Cerrar las plantas eléctricas que funcionaban con carbón pero promover las plantas eléctricas de cogeneración o directamente plantas eléctricas de gas natural ha supuesto empobrecer provincias enteras de España para comprar ese gas en Rusia.
Si te has fijado en el traslado de riqueza al que me refiero en esos dos párrafos anteriores (que conste que es sólo un ejemplo de las muchas medidas que contiene la agenda 2030) verás que en las dos hay un denominador común: el traslado de riqueza desde las democracias liberales occidentales hacia las dictaduras nacionalsocialistas de la antigua órbita comunista. Tal vez pienses que eso de hablar de democracia contra comunismo es algo que ya estaba superado y que el mundo es un bonito jardín florido donde todos somos hermanos pero no hay nada más lejos de la realidad. La dinámica de las relaciones internacionales en las que nos movemos es absolutamente despiadada y en los países occidentales se ha creado un estado de opinión que favorece el empobrecimiento y la reducción de la economía mientras que en los las dictaduras orientales el mensaje es exactamente el contrario; para eso se ha apoyado a las élites ecologistas y a todos los creadores de opinión que transmitían la idea de que nosotros, los occidentales, tenemos la culpa de todo y ahora tenemos que expiar nuestros pecados y buena parte de la población les ha comprado el discurso.
Las dictaduras orientales a las que me refiero, están encabezadas por China y por Rusia pero sólo son la punta de lanza de un grupo de países con un enorme resentimiento hacia las antiguas potencias europeas y Estados Unidos, del que forman parte Irán, Arabia Saudí y al que, con la excusa del ecologismo, se han sumado bastantes países «para salvar el planeta».
Si vuelves a la página de estadísticas en la que antes pudiste ver cómo los países occidentales están reduciendo sus emisiones de CO2 a pasos agigantados, también puedes ver como el resto del mundo aumenta sus emisiones de gases de efecto invernadero sin miramientos. China, el más claro ejemplo de todo esto que te estoy contando, ha multiplicado por tres sus emisiones desde el año 2010 y está en una escalada imparable de contaminación provocada por la producción de electricidad con centrales térmicas alimentadas por carbón nacional producido en el interior de China. Por supuesto, Rusia, Irán o Arabia Saudí, no pierden el tiempo en tonterías medioambientales porque están nadando en petróleo y tienen clarísimo cuál es la fuente de energía con la que a ellos les es más barato generar electricidad y poner en marcha su industria para competir deslealmente con los productos occidentales, sujetos a un mar de legislación medioambiental extremadamente restrictiva y a un encarecimiento brutal de los costes de la energía necesaria para producirlos.
Efectivamente, no existe un único plan escrito perfectamente organizado para este proceso de traslado de poder desde Occidente las democracias liberales occidentales pero se han ido sumando muchos factores y, por supuesto, no ha faltado el apoyo intencionado de desde esos países a los movimientos izquierdistas que en Europa y Estados Unidos promueven el empobrecimiento y el freno económico.
Y si todavía sigues sin creerte que estamos en una época de empobrecimiento, dime si tu sueldo ha subido igual que lo que compras o usas para vivir (alimentos, ropa, gasolina, electricidad, hostelería…). Si ganas lo mismo pero con ese dinero puedes comprar menos productos o servicios, simplemente eres más pobre y buena parte de ese empobrecimiento se lo debes al timo de la Agenda 2030.
Los que sí que parece que se están dando cuenta ya de por dónde van los tiros en esto del timo 2030 son los países fabricantes de automóviles, que ven asustados como los chinos les están comiendo la tostada con los coches eléctricos baratos que están metiendo en Europa.
Los fabricantes europeos se las prometían muy felices porque pensaban que iban a hinchar vendiendo a 50,000 euros coches eléctricos que en realidad son más baratos de producir que su equivalente de combustión. El problema es que ahí están los chinos produciendo esos mismos coches eléctricos todavía más baratos y haciéndose con todo el mercado europeo.
Ahora los alemanes ya han empezado a decir que habría que retrasar la entrada en vigor de la norma y han empezado las pegas y ya veremos si antes de que llegue el 2035 toda esa normativa sobre los coches de combustión y el obligatorio cambio a lo eléctrico no se queda en el alero.
Desde mi punto de vista sería lo mejor dejar que sean lo usuarios lo que elijan el coche que necesitan y que se puedan pagar en función de sus necesidades y de sus posibilidades, sin forzarle por una ideología chupiguay que asegura que hay que estar jodidos para salvar el planeta pero que a la hora de la verdad lo único que hace es dejar a la gente de aquí sin trabajo, cerrar las fábricas y ponernos a todos a cobrar una paga del gobierno que, como no hay empresa a la que cobrarle impuestos, cada vez le está dando más caña a la impresora de los billetes.
Menuda ruina se nos viene encima con esto del coche eléctrico y con todo el cirio que están montando los de las cosas chulísimas.
Coincidimos 100%.