Yo tengo clarísimo que Pedro Sánchez es de las pocas personas que es capaz de tener a todo el mundo engañado y engañarnos todo el tiempo pero a la Comisión Europea la está toreando de una manera que ya empieza a dar risa. Todos los años les mandan un plan con una serie de medidas que prometen implantar pero que luego resulta que por las más variadas circunstancias no se pueden implementar y la sustituyen por otro plan con medidas que intentarán implantar, esta vez sí, pero que tampoco acabarán entrando en vigor con la excusa que sea y mientras, los burócratas de Bruselas siguen a lo suyo.
Uno de los casos más sangrantes es el de las autopistas de peaje que todo sabíamos que se habían comprometido con Bruselas pero que luego ante la impopularidad de la medida Pedro Sánchez ha eliminado del programa fiscal convenido con la Comisión. El nuevo plan presentado por la Chiqui tiene un punto que puede resultar bastante doloroso para las familias y es el de «la revisión exhaustiva de los beneficios fiscales para la tributación conjunta en el IRPF».
Esta deducción es especialmente efectiva en los casos de familias en las que no trabaja uno de los cónyuges o tiene unos ingresos mucho menores que los de su pareja. Al ser una reducción de la base imponible, que puede llegar hasta el 10%, la aplicación de esta deducción supone una reducción de 2.400 millones de euros en la recaudación del impuesto por parte del Estado y de las comunidades autónomas. Para cada familia la cuantía de la deducción puede ir desde los 2.000 euros hasta los 3.400 en el caso de hogares formados por cónyuges con hijos y es la mayor de todas las deducciones aplicables porque la deducción por arrendamiento de vivienda, por ejemplo, disminuye la base imponible en un 6,41% y las aportaciones a planes de pensiones lo pueden hacer en menos de un 6% según datos de la AIREF.
Para los socialistas tiene todo el sentido del mundo eliminar esta reducción por dos razones:
La primera es que supondría aumentar notablemente la recaudación del IRPF con un cambio de dos renglones en la normativa fiscal, mientras que aumentar la recaudación por otras vías está resultando mucho más complicada. Por ejemplo hay que entender que todo el revuelo que se formó con el escándalo del impuesto a los ricos, el impuesto sobre el patrimonio a nivel nacional, apenas ha recaudado 600 millones de euros en 2022 y eso porque pilló de improviso a los contribuyentes por su carácter retroactivo; la recaudación de ese impuesto para el año 2023 será mucho menor ya que ha dado tiempo a sus sujetos pasivos para reorganizar su patrimonio de manera que quede fuera del alcance de la hacienda pública.
La segunda razón por la que a los socialistas les encanta este impuesto es porque ataca a la familia, que ya sabemos que es una de las instituciones esenciales de nuestra sociedad y que recoge y transmite los valores más tradicionales que suelen ser contrarios a los que propugna la famosa Agenda 2030 y la ideología de las élites globalistas que siguen a pies juntillas desde Moncloa.
Ahora nos tocará escuchar a los políticos justificar este aumento del impuesto sobre la renta con los argumentos más peregrinos y veremos estupefactos cómo los votantes socialistas cambian de opinión y pasan a aplaudir las subidas de impuestos. Seguramente saldrá eso de que hay que armonizar nuestros tributos con los países de nuestro entorno, o que hay que hacer un impuesto más justo y progresivo o cualquier otra paparrucha por el estilo. La realidad es que necesitan sacar dinero de debajo de las piedras y van a apretarnos las clavijas sin compasión. Comienza el expolio fiscal, que irá exprimiendo cada euro de riqueza creada con trabajo y con esfuerzo.
La pregunta que yo me hago es ¿para qué este aumento de la recaudación? A la hora de la verdad los servicios públicos funcionan cada vez peor y cada vez tardan más tiempo en darte una cita en el médico o te obligan a pedir cita previa para entregar un simple papel y cuando llegas a la cita con el médico o a entregar ese papel, las consultas médicas o las oficinas de la administración están vacías: no hay nadie trabajando. Entonces ¿a dónde demonios se está yendo todo ese dinero?
La respuesta es muy sencilla: hay que mantener a un ejército de vagos que cobra el ingreso mínimo vital, parados que están trabajando bajo cuerda y receptores de ayudas, subvenciones y prestaciones de todo tipo que podrían estar trabajando pero que, por supuesto, prefieren estar tocándose las narices en vez de estar produciendo para el país. Si ven que los funcionarios se pasan el día rascándose sus partes por un salario mucho mayor o directamente no van a trabajar porque se supone que están teletrabajando o de asuntos propios o haciendo la compra después de desayunar ¿por qué iban a tener que trabajar ellos por una paga mucho más pequeña? El PSOE conoce perfectamente esta realidad y no sólo la conoce sino que la incentiva porque toda esa panda de vagos son el núcleo duro de su masa electoral y eso es un lastre para España y va a ser muy difícil revertirlo.
Espero que no sea imposible.
Hay que irse preparando porque el expolio fiscal parece una exageración, pero es lo que realmente va a ocurrir.
En los próximos meses vamos a ir viendo cómo le suben la tributación a las familias, cómo castigan a los autónomos con subidas de cuotas y desaparición de deducciones y cómo las empresas tienen que ir asumiendo cada vez mayores cargas sociales y fiscales que hacen que el coste de la mano de obra se dispare.
En los próximos meses, en un par de años, iremos viendo que las empresas no votan en las elecciones, simplemente se abren o se cierran y conforme la política que está imponiendo este gobierno y que seguramente van a imponer en cuanto gane en la votación de investidura, iremos viendo que las empresas elegirán cerrar porque el expolio fiscal las está asfixiando.
Triste pero cierto.
El expolio fiscal es un hecho y para entender por qué van a tener que apretar las clavijas de esta manera, basta con tener en cuenta estos datos:
Primero: la deuda española está alrededor del billón y medio de euros.
Segundo: hasta hace un año el Tesoro estaba emitiendo deuda española a un año al 1% de interés y ahora mismo ya la está emitiendo al 3,6% de interés.
Tercero: esos dos puntos y medio de diferencia en el tipo de interés que pagamos sobre el billón y medio de euros que debemos se traducen en que este año tendremos que pagar 40.000 millones de euros más en intereses.
Esos 40.000 millones de euros ya no se pueden sacar del Banco Central Europeo porque la señora Lagarde ha dicho que va a renovar la deuda existente pero que no piensa comprar deuda nueva y que si queremos nuevos préstamos se los pidamos a los señores capitalistas y estos no están muy convencidos de que Pedro Sánchez les esté diciendo la verdad.
¿Tú le prestarías dinero a Pedro Sánchez?
La Chiqui es una de esas personas que llegan incomprensiblemente a puestos altísimos en todas las organizaciones.
En cualquier empresa se puede uno encontrar a personajes de esta catadura que no tienen ni idea de su trabajo pero que saben ganarse la simpatía de sus jefes y de sus compañeros y llegan hasta puestos para los que no están en absoluto cualificados.
María Jesús Montero es un cenutrio que no sabe distinguir la base imponible del tipo medio de gravamen y se hace un lío en cuanto se le preguntan los mecanismos básicos presupuestarios pero que aplaude como una foca cuando su jefe explica que va a adelantar las elecciones por razones inventadas.
La fidelidad también se premia y Pedro Sánchez prefiere ministros fieles a profesionales competentes.
Los impuestos los van a ir subiendo porque, como dices en el artículo, hay que pagarle a los millones de parásitos que estamos juntando en España y a los que nos están viniendo de fuera, que no son pocos.
El problema es que no hay nadie al otro lado con que se pueda discutir porque en cuanto se le plantea a la Chiqui lo absurdo de sus propuestas fiscales y lo contraproducente que va a ser apretar las clavijas como lo van a hacer, se recibirá automáticamente una explicación alucinante con tapones de botellas y cariñitos, pero nada parecido a una argumentación fiscal coherente desde el punto de vista fiscal y económico.
Esta ministra de Hacienda es simplemente inculta pero ha sabido perfectamente ganarse la confianza de Pedro Sánchez a base de una lealtad inquebrantable y, seguramente, de prometerle que todo lo que hace va a hacer medianamente justificable desde el punto de vista fiscal.
Cuando llegue la declaración de la renta del año que viene y media España vea que le faltan 1500 o 2000 euros de devolución que venían recibiendo todos los años, van a empezar las preguntas. Atentos a las respuestas de la Chiqui, que va a ser glorioso.