Las encuestas del Instituto Nacional de Estadística ya me empiezan a oler a cuerno quemado. De la misma manera que Tezanos ha conseguido convertir el otrora prestigioso Centro de Investigaciones Sociológicas en el hazmerreír de las encuestas políticas, Elena Manzanera la nueva directora del INE, está consiguiendo que la Encuesta de Población Activa y los informes de contabilidad nacional que publican haya que tomárselos cada vez con más precaución.
En realidad en el INE no tienen la culpa de que los datos laborales estén absolutamente falseados porque el embrollo proviene de la sustitución de los contratos temporales por los fijos discontinuos, ese invento de la Yoli según el cual un parado que trabajó hace tres meses en un hotel en Mallorca es ahora mismo un trabajador fijo. El hecho es que pese a todas las trampas que intentan mostrar desde el Gobierno, porque el INE ahora solo se ha convertido en una terminal mediática más del partido socialista, hay datos que resultan que reflejan exactamente la dirección que ha tomado la economía y que me hacen ser pesimista sobre el futuro del país a medio plazo.
En la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2023 que puedes descargar haciendo clic en este enlace, se puede comprobar que el número de trabajadores públicos ya ha llegado a 3,53 millones mientras que el número de autónomos desciende en 60,000 personas en solo un trimestre y se queda en los 3,13 millones de trabajadores por cuenta propia.
Eso significa que cada vez hay menos trabajadores autónomos creando riqueza para pagar las nóminas de todos esos funcionarios y enchufados en la inmensa administración paralela que la partitocracia ha creado alrededor del gobierno y de las comunidades autónomas. Para financiar toda esa maquinaria administrativa cada vez son necesarios más fondos y ya sabemos que el dinero no crece en los árboles. Lo que viene ahora son subidas de cotizaciones sociales subidas del impuesto de sociedades y más impuestos sobre la renta de las personas físicas.
Los autónomos, además están especialmente en la diana del gobierno socialista porque para ellos es la mayor subida de la historia de las cotizaciones sociales y el mayor encarecimiento que se recuerda del salario mínimo y del despido. En esas condiciones es normal que ya nadie quiera montar un negocio, que se ha convertido en una aventura de riesgo, y todo el mundo prefieras sacarse una plaza de funcionario porque todos sabemos perfectamente que eso significa tener una paga asegurada para toda la vida, con una buena jubilación, y no tener que pegar un palo al agua.
Vienen malos tiempos.
Más funcionarios, menos autónomos
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Está claro que hoy ya nadie quiere ser autónomo y que si te dan elegir entre trabajar en cualquier cosa o ser funcionario, la gente elige ser funcionario.
Ya no hay nadie que no admita que los funcionarios no dan un palo al agua y que tienen un sueldo fijo y una jubilación muy por encima del resto de la población.
Los funcionarios se han convertido en la casta.
Antes había sitio donde se animaba a la gente a ser emprendedores y a iniciar una empresa pero todo eso se ha acabado y ahora ya lo único que hay son anuncios de oposiciones y academia que te preparan para ser funcionario.
España se va a tomar viento.