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viernes, 20 diciembre 2024

Otra crisis de los cayucos

EspañaOtra crisis de los cayucos

En el año 2006 llegaron a las islas Canarias 31.678 inmigrantes ilegales en cayucos que venían principalmente desde las costas de Mauritania. Aquel episodio se recuerda como la crisis de los cayucos.

Como pruebas de la mojigatería de la prensa española, al episodio que está ocurriendo ahora mismo en Canarias se resisten a llamarle crisis de los cayucos otra vez porque todavía han llegado hasta el archipiélago 973 menos que hace diecisiete años. Estos periodistas, que siguen a pies juntillas la línea marcada por el Gobierno, no quieren ver que de entrada esa cifra se corresponde sólo hasta el 31 de octubre y al ritmo que van ya estarán desbordadas porque, agárrate a la silla, durante el mes de octubre han llegado a Canarias 15.729 inmigrantes irregulares, es decir, están entrando a chorro.

A diferencia de los episodios de 2006 y de 2020, esta crisis de los cayucos se está gestionando con un absoluto oscurantismo desde el Gobierno y hasta los alcaldes del PSOE se quejan de que a sus municipios están llegando inmigrantes ilegales traídos desde Canarias sin que les haya sido comunicado Parece que el Gobierno no quiere que se sepa que está moviendo a los inmigrantes desde las Islas Canarias hasta la península.

Al principio tuvieron en el Ministerio del Interior tuvo la felicidad de alojar a los inmigrantes ilegales en hoteles pero, ante el escándalo que supone gastarse ochenta euros por inmigrante ilegal y veintisiete en un jubilado español en los viajes del Imserso, optaron por recluirlos en instalaciones civiles y militares en desuso.

Otro de los aspectos que está llamando la atención en esta crisis de los cayucos es la cooperación que está prestando la Armada española para esta invasión de inmigrantes ilegales. Cada vez que se dice en un telediario que un barco de la Armada ha rescatado a 50, 80 o 200 inmigrantes en un cayuco que se dirigía a las Islas Canarias, la realidad es que el buque español ha viajado 300, 500 o 700 millas hacia el sur para acercarse a la costa de Mauritania en busca de los cayucos porque esas naves tan frágiles cargadas con esa cantidad tan enorme de inmigrantes no puede más navegar más allá de las cincuenta u ochenta millas. En cuanto van a salir a alta mar, avisan a las ONGs que colaboran con los traficantes de seres humanos que actúan como armadores, para que informen a la Marina española de la zona más probable de contacto con el cayuco. Misteriosamente, cuando no hay ningún barco de la Armada disponible para rescates, no sale ningún cayuco. No se trata de un rescate aleatorio o de una llamada de emergencia, es un plan perfectamente coordinado en el que mucha gente se enriquece usando a los inmigrantes como mercancía.

También es interesante señalar que la legislación marítima internacional establece que, cuando se rescata en alta mar a un náufrago, lo procedente es transportarlo hasta el puerto seguro más cercano que en esas ocasiones, lógicamente, es el propio puerto de Mauritania desde el que han salido que está a unas pocas decenas de millas. Sin embargo, los barcos de Salvamento Marítimo o de la Armada vuelven a recorrer las 300 o 500 millas que han hecho hasta Mauritania para volver a los puestos puertos canarios.

En las Islas Canarias están alarmados porque se ven desbordados y ven como sus calles se llenan de inmigrantes ilegales que se sienten absolutamente impunes porque se saben protegidos por el Gobierno. La cantidad de robos y de daños a la propiedad se ha multiplicado desde que los inmigrantes están llegando en masa.

Todavía habrá quien negará el efecto llamada de los mensajes buenistas de algunos políticos que viven en barrios alejados de la inmigración y que jamás van a pasar los problemas de seguridad que sí están sufriendo algunas zonas del país. Mientras tanto, en Europa ya empieza a oírse un runrún a favor de las deportaciones masivas y yo creo que tardarán más o menos, pero al final va a ser la solución que va a haber que adoptar para evitar una invasión: esto ya no es un fenómeno de inmigración ilegal del controlada, es una invasión en toda regla y tenemos que pararla.

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2 COMENTARIOS

  1. Lo de la crisis de los cayucos es otra otro problema de gestión traído por el PSOE como es habitual porque no es que no sepan arreglar nada, es que todo lo que tocan lo empeoran.

    Pensar que la solución a los problemas de España está en traer africanos que no hablan español, que no respeta la propiedad privada y que ni siquiera respetan la vida de las personas iba a servir para algo, es la clase de estupidez que define a un dirigente socialista.

    No dan más de sí. No se les puede pedir más porque sus cabezas no son capaces de ver la realidad y se han quedado en cuatro consignas buenistas pero son incapaces de enfrentar las cosas como son.

    • Es que de entrada, ser socialista ya es no entender la realidad: pensar que quitarle el dinero a quien trabaja y repartírselo a quien no trabaja es una forma justa de organizar la sociedad y que va a servir para el progreso, es de tarados.
      La evidencia empírica demuestra que allí donde se ha aplicado el socialismo ha llegado la miseria y la muerte o, cómo se ha dicho siempre en España, en tiempo de rojos, hambre y piojos.

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