Lo del Hermana, yo si te creo que las feministas utilizaron para arropar a mujeres que denunciaban supuestos casos de agresiones sexuales aunque no existían prueba que los corroborasen, se ha convertido con el paso del tiempo en una coletilla que se les ha vuelto en su contra.
El último caso que hace reír, por lo ridículo de la situación, es el de una diputada catalana del partido Junts que tuvo la ocurrencia de denunciar a sus compañeros de parlamento regional por acosarla sexualmente y denunciar el ambiente de trabajo patriarcal que reinaba en el grupo parlamentario. De aquello del Hermana, yo sí te creo, por supuesto, no ha habido ni rastro porque los de Puigdemont no están para tonterías y han expulsado fulminantemente a la parlamentaria Cristina Casol del grupo parlamentario sin esperar a que se resuelva nada ni por supuesto creerle ni una palabra de su denuncia.
La decisión del grupo parlamentario ha venido después de que Casol presentase formalmente una denuncia contra el grupo de Junts en la oficina de igualdad del parlamento regional por presunto acoso. Esa denuncia, sorprendentemente, la investigó una empresa privada, la cual elaboró un informe que venía a decir, como en la mayoría de todos estos casos, que no existen hechos probados en la denuncia por acoso aunque reconocía que el ambiente dentro del grupo parlamentario no era muy sano y el machismo cultural está muy arraigado entre los parlamentarios nacionalistas. O sea, machos ibéricos de pata negra pero que a su Amparo la llaman Empar mientras intentan tragarse su propia lengua.
La denunciante, por supuesto, que sabe muy bien de qué va todo esto, no ha renunciado a su acta de parlamentaria y piensa seguir chupando del bote y utilizar su escaño parlamentario para que no le tosan porque podría convertirse en un verso libre en la política catalana y eso a Puigdemont y compañía no les haría ninguna gracia.
A raíz de este caso también se ha sabido que, además de Cristina Casol, la también diputada de Junts Aurora Madaula ha presentado otra denuncia en el grupo en la oficina de igualdad del parlamento regional contra el grupo de Junts y la empresa externa correspondiente está elaborando un informe. Las denuncias de Madaula, no es broma, se basa en que afirma que ha sufrido «violencias silenciosas» de sus compañeros. El asunto tiene dividido al grupo parlamentario de Junts y veintidós de los treinta y dos diputados en el parlamento regional firmaron un escrito contra Aurora Madaula reseñando lo infundado de su denuncia.
Desde la dirección del partido por supuesto afirman que no existe nada de machismo ni nada que se le parezca porque eso es cosa de españoles y ya se sabe que los catalanes son una raza superior que está muy lejos de esta vulgaridad aunque, eso sí, ahora están amenazando con emprender medidas legales contra todo tipo de difamaciones y filtraciones a que han dado lugar dichos casos.
Total que no es que no solo no crean a su hermana a sus hermanas parlamentarias sino que las van a echar del grupo por denuncias sin fundamento, cosa extraña porque ya se sabe que las denuncias falsas no existen pero hay que tener en cuenta que aquello es Cataluña y allí las leyes de la lógica hace tiempo que se despeñaron Ebro abajo.