El próximo veintinueve de marzo cumple el plazo que los propietarios de las mascotas que la Ley de bienestar animal considera ilegales tienen para autodenunciarse la autoridades y entregar a los animales. Por ahora, que se sepa, nadie se ha denunciado a sí mismo voluntariamente y lo que se abre a partir del próximo mes es un periodo de incertidumbre porque las propias comunidades autónomas no saben cómo actuar ni por supuesto, tienen la mínima idea de que hacer si les entregan especies de animales exóticas o directamente peligrosas.
Los animales que a partir de ahora quedan prohibidos como mascotas y que están afectados por esta disposición transitoria segunda son:
- Artrópodos, peces y anfibios cuya mordedura o veneno pueda suponer un riesgo grave para la integridad física o la salud de las personas y animales
- Reptiles venenosos y todas las demás especies que en estado adulto superen los 2 kg de peso excepto las tortugas
- Todos los primates
- Mamíferos silvestres que en estado adulto superen los cinco kilogramos
A finales de este mes, el día veintinueve de marzo al que me refería arriba, acaba el plazo establecido en la disposición transitoria segunda de la Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales que daba a los propietarios un plazo de seis meses para entregar las mascotas, que a partir de ahora son ilegales, a las comunidades autónomas y a éstas para prepararse y organizar la recogida de todo tipo de bichos. Por supuesto, las comunidades autónomas no han hecho absolutamente nada hasta que no les ha venido el chaparrón encima y ahora se enfrentan al dilema de qué hacer con las iguanas, tarántulas o serpientes de más de dos kilos que algunos españoles tienen en su casa y que fueron adquiridas de forma legal y están perfectamente documentadas.
Los propietarios de esta mascotas, especialmente los de las iguanas, se han manifestado especialmente reacios a entregar a los animales sin saber en qué condiciones van a vivir, si es que van a vivir o si los van a entregar para ser simplemente sacrificados en cuyo caso muchos de ellos se niegan a entregar a su mascota.
Lo que viene ahora va a ser simplemente un caos porque las comunidades autónomas deberían intervenir los animales y llevarlos a un centro pero no existe ni el uno por ciento de los centros necesarios porque sólo se dispone de unos pocos centros de recuperación de fauna diseñados para cuidar de las especies locales, no de los especies exóticas. Por su parte las protectoras de animales, se han colocado en este caso del lado de los propietarios que tienen a sus mascotas perfectamente cuidadas y debidamente documentadas y no entienden que lo que hasta hace seis meses era legal ahora pase a ser ilegal sin que existan medios en la administración para abordar ese cambio.
Al igual que cuando se procede con las incautaciones de inmuebles, por ejemplo, queda abierta una posible vía que consistiría en que una vez decretado el depósito del animal, sea el propietario quien actúe como depositario del animal, que entonces será propiedad del Estado por lo que el depositario podrá pasarle la factura de los gastos mensuales del cuidado del animal a la administración. Genial ¿verdad?
La realidad es que las comunidades autónomas se han encontrado con este problema sin habérselo buscado y no tienen ninguna intención de cargar con el mochuelo por lo que mientras no venga dinero desde la administración central es de suponer que ninguna de ellas va a tomar ninguna medida ni va a crear los centros de acogida necesarios porque en realidad no se trata de ningún problema urgente, teniendo en cuenta, además, que son animales con un índice cero de siniestralidad y no existe ningún informe científico que justifique la incautación de ese tipo de animales. No sé yo que tienen los de Podemos contra las iguanas pero han decidido que a partir de ahora nadie puede tenerlas como mascotas; cosas del comunismo.
La demostración de que esta ley era absolutamente innecesaria y solo crea problemas es que han conseguido que en un país de 48 millones de habitantes nadie, absolutamente nadie haya hecho caso de la ley, empezando por la propia administración es que tenían que aplicarla.
Y mientras las cabezas pensantes de la izquierda woke se reúne en los restaurantes de Malasaña para decidir qué otros planes como este ponen en marcha para salvar al pueblo de la opresión capitalista, los propietarios de las mascotas están angustiados entre el cariño que tienen a sus animales y el miedo a las altísimas multas que fija la ley.
Aquí puedes descargar la Ley de Bienestar Animal
Lo peor de todo no es que esta ley de la la hayan hecho unos idiotas que han llegado al poder y ni ellos mismos se lo creen, sino que cuando llegue el Partido Popular al poder, que antes o después llegará, no modificará ni una coma del texto.
Han hecho lo mismo con todas las leyes feministas, trans, de memoria histórica, etc que había aprobado antes el PSOE y que son un puro disparate.
Lo de derechita cobarde no es algo casual que se haya inventado la gente sin tener motivos para ello: les encaja como anillo al dedo.
Ahí tienes al pánfilo de Feijoo intentando pactar con Pedro Sánchez y apelando al voto de los socialistas buenos mientras en el PSOE se descojonan sin llegar a entender cómo se puede ser tan tonto.
De vez en cuando le dan algo para que Feijóo se siga creyendo su papel y le siga apoyando, que es en el fondo lo que hace constantemente.