El Parlamento europeo ha aprobado un dictamen que establece que en Cataluña se debería dar a las familias la posibilidad de educar a sus hijos en español y también señala que ahora mismo son frecuentes y generalizadas las situaciones de una discriminación absoluta para los alumnos cuya lengua materna es el español hasta el punto de que se multiplican los casos de acoso a los alumnos que reclaman judicialmente la enseñanza en español.
El dictamen del Parlamento europeo establece que los dos idiomas sean tratados en pie de igualdad y que, en ningún caso, se pueda forzar a los alumnos a tener que estudiar en otro idioma distinto del materno las asignaturas troncales.
Aunque en el propio informe ya reconocen que son conscientes de que la Generalidad de Cataluña se pasa por el forro la sentencia que establece la obligatoriedad de al menos un 25% de clases en español, desde Bruselas se hacen una serie de recomendaciones para que se cumplan los fallos judiciales y se deje de acosar a las familias que no aceptan este sistema de inmersión lingüística. El lenguaje comunitario esto sería otro caso más en el que los burócratas comunitarios están deeply concerned, como suelen decir ellos, seriamente preocupados, pero a la hora de la verdad no van a hacer nada más porque el Parlamento europeo no tiene competencias en este asunto.
La educación es competencia de los Estados miembros y el Parlamento Europeo, aunque pueda dictar recomendaciones y se atribuyan una influencia moral mucho más allá de lo que la práctica diaria revela, no puede hacer nada para cambiar la situación porque dentro de España tampoco existe voluntad de cambiarla por la complicada situación política y más ahora que estamos en un periodo electoral en Cataluña donde los dos partidos independentistas se están peleando a cara de perro para conseguir hacerse con el con la Generalidad de Cataluña y adjudicarse el mayor número posible de cargos públicos con buen sueldo, que es en realidad de lo que va todo esto.
Está bien que en Bruselas se sepa que el nacionalismo catalán es tan malo como el peor de los nacionalismos pero lo que allí se diga es absolutamente irrelevante porque a la hora de la verdad el gobierno socialista no va a hacer absolutamente nada para revertir esa situación y menos ahora que depende de los famosos siete votos para seguir en el gobierno. Pero lo peor de todo es que esa misma situación se ha mantenido con un gobierno del Partido Popular y tampoco se ha hecho nada para cambiarlo, porque lo de derechita cobarde no es un juego de palabras que se hayan inventado los de Vox para desprestigiar a los populares sino que es un fiel reflejo de su manera de actuar, criticando al Partido Socialista cuando están en la oposición pero sin ser capaces de mover ni una coma de lo que el PSOE ha dejado escrito cuando ellos llegan al poder. Basta con ver que las leyes de memoria histórica o de identidad sexual que dejaron escritos los socialistas en Andalucía siguen vigentes en esta comunidad autónoma después de seis años de gobierno popular.
Viendo cómo están las cosas en Cataluña y cómo el Partido Socialista de Cataluña actúa como tonto útil al servicio del nacionalismo, es desolador tener que reconocer que la mejor salida para todos estos casos es simplemente irse a vivir a Madrid y respirar el ambiente de libertad que hay en la capital de España. Los paletos han conseguido crear un ambiente irrespirable en Cataluña para los no nacionalistas y las perspectivas a corto y medio plazo no son nada halagüeñas.