La llegada de una DANA sobre la península ibérica es un fenómeno que, aunque a menudo viene acompañado de titulares alarmantes, en realidad forma parte del patrón climático esperado para estas fechas. De hecho, el propio nombre de DANA o el que tenía antes de gota fría, son hechos populares por los periodistas para atraer la atención sobre fenómenos que son y siempre han sido normales en estas fechas; no creo que haga falta recordar que siempre que escuchemos que algo se aleja de la temperatura media de estas fechas, esa media está sacada sumando episodios de calor extremo y nevadas ocurridas en los meses de abril de muchos años atrás. A continuación, desglosaremos cómo este cambio de tiempo se alinea con los patrones históricos (no tiene nada que ver con el rollo ese del cambio climático) y qué implicaciones podría tener para las diversas regiones de España.
Entendiendo la DANA y su contexto histórico
Una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), también conocida como «gota fría», es un fenómeno meteorológico que se caracteriza por el descuelgue desde zonas polares de una masa de aire frío en altura que, al interactuar con el aire más cálido de las capas inferiores, genera inestabilidad atmosférica. Este tipo de sistema puede provocar precipitaciones intensas, tormentas e incluso fenómenos extremos de corta duración como granizadas o fuertes rachas de viento.
Históricamente, las DANAs son más comunes en el Mediterráneo durante el otoño, pero no es raro observarlas en la primavera. Abril es un mes particularmente propenso a la variabilidad climática en España (En abril, aguas mil y todas caben en un barril), y la aparición de una DANA no debería ser vista como un evento extraordinario, sino como parte de la transición natural hacia el verano.
El impacto regional de la DANA actual
Según los informes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la DANA que se aproxima afectará a diferentes regiones de manera variada. En el norte, se espera que las lluvias remitan mientras que en el sur, especialmente en Extremadura y Andalucía, se intensificarán los chubascos y las tormentas.
Las temperaturas, por su parte, experimentarán un descenso notable, aunque dentro de los parámetros normales para la época del año. En zonas montañosas del norte peninsular, se anticipan heladas débiles, mientras que en el litoral noroeste de Galicia y el bajo Ebro se pronostica la presencia de viento fuerte.
Para el fin de semana, la situación se volverá más inestable con la formación de una nueva DANA entre el sur peninsular, el golfo de Cádiz y Marruecos. Aunque no será tan activa como otras DANAs, es probable que genere tormentas de cierta intensidad en algunas localidades. El anticiclón al norte ayudará a mantener el tiempo más estable en la mayoría de las comunidades, aunque no se descartan intervalos nubosos en el extremo norte y áreas del Mediterráneo.
Un fenómeno vigilado
Aunque la presencia de una DANA puede causar cierta preocupación debido a los fenómenos meteorológicos extremos que puede provocar, es importante contextualizar estos eventos dentro del clima variable típico de la primavera. Las autoridades meteorológicas como la AEMET monitorean continuamente nuestros cielos para proporcionar las advertencias y recomendaciones necesarias a fin de mitigar cualquier impacto adverso.
Así, mientras nos preparamos para estos cambios, también debemos recordar que son una parte normal y esperada del clima de nuestra península, mostrando una vez más la dinámica y la diversidad del clima en España.