Aunque seguramente tú no te habrás enterado, los niños están cayendo por millones en un nuevo vicio que los tiene todavía más enganchados al teléfono móvil.
TikTok Lite, la versión simplificada de la popular aplicación TikTok, ha generado considerable interés y preocupación en su breve período de actividad en España y Francia. Sin embargo, este interés no ha estado exento de controversia, especialmente en lo que respecta a las regulaciones de la Comisión Europea.
¿Qué es TikTok Lite?
TikTok Lite es una versión reducida de la famosa aplicación de redes sociales TikTok, diseñada para consumir menos recursos y datos, lo cual la hace ideal para dispositivos con menos capacidad y conexiones a internet más lentas. A diferencia de su versión completa, TikTok Lite ofrece una funcionalidad reducida pero incluye un elemento adictivo: un sistema de recompensas que paga a los usuarios por ver y interactuar con contenido. Esta característica, aunque atractiva, ha sido el foco de las preocupaciones regulatorias.
La Comisión Europea ha amenazado con suspender TikTok Lite en España y Francia. La razón principal de esta acción regulatoria es la preocupación por el potencial adictivo de la aplicación, especialmente entre los niños. La Ley de Servicios Digitales (DSA) de la Unión Europea obliga a las plataformas a presentar evaluaciones de riesgo y tomar medidas para mitigar esos riesgos antes de lanzar nuevas funcionalidades. Según los informes, TikTok no ha cumplido con esta obligación, lanzando TikTok Lite sin las evaluaciones de riesgo necesarias ni medidas de mitigación efectivas.
Además, la aplicación parece carecer de mecanismos efectivos para verificar la edad de sus usuarios, lo que aumenta el riesgo de que menores de edad se expongan a contenidos potencialmente adictivos sin el adecuado consentimiento o supervisión de los padres.
El impacto social de TikTok y otras redes sociales
La llegada de TikTok pone en evidencia un fenómeno preocupante en la era digital: la transformación de internet en un «basurero» dominado por las redes sociales. Inicialmente, internet prometía un acceso sin precedentes al conocimiento y la cultura. Sin embargo, en lugar de cumplir esta promesa, se ha visto cada vez más inundado por contenido de dudosa calidad que busca maximizar el tiempo de pantalla a costa de la salud mental y el bienestar de sus usuarios.
El diseño de plataformas como TikTok Lite, con sus mecanismos de recompensa que incentivan la permanencia en la aplicación, no solo estimula hábitos de consumo adictivos, sino que también desplaza actividades más enriquecedoras. Estas plataformas han creado un ciclo vicioso donde el contenido superficial y adictivo se premia con más atención, lo que a su vez genera más contenido de la misma índole.
La regulación, como la que intenta imponer la Comisión Europea, es un paso en la dirección correcta para mitigar estos efectos. Sin embargo, es solo una parte de la solución. Es fundamental un cambio cultural y una educación digital que promueva un uso consciente y crítico de las redes sociales entre todos los usuarios, especialmente los más jóvenes pero viendo cómo está la educación en España, yo soy muy pesimista sobre el futuro próximo.
Aunque TikTok Lite se enfrente a la posibilidad de una prohibición en Europa, el debate más amplio sobre el impacto social de las redes sociales debería al menos empezarse. La necesidad de proteger a los usuarios, especialmente a los niños, de los efectos potencialmente dañinos de estas plataformas nunca ha sido más urgente. La promesa de internet como un faro de conocimiento empieza a parecer una batalla perdida.
Y si alguien fuese a decir algo sobre sí esta prohibición no es más que un capítulo de la guerra contra China, recordarle que todas las aplicaciones occidentales están prohibidas en China. Allí no puedes utilizar Twitter o ver vídeos de Youtube libremente, pero no porque haya más o menos censura sino porque directamente están prohibidas y tenerlas instaladas en tu teléfono móvil es un delito que se puede acabar pagando con cárcel. A ver si nos vamos enterando de con quién nos estamos jugando los cuartos.
