Estoy impaciente por saber cómo va a empezar Sánchez su asalto a la Justicia.
Cuando todavía se escuchan las carcajadas por las declaraciones del candidato del Partido Socialista en Cataluña sobre la independencia del PSC y su determinación para no hacer pactos con los nacionalistas, en el PSOE de Madrid están a otra cosa mucho más seria, aunque saben que necesitan a un tonto útil como Illa intentando rascar unos pocos votos más en Cataluña para utilizarlo en la política nacional, que es lo que realmente interesa a Pedro Sánchez, lo que es exactamente lo mismo que decir PSOE porque ya no hay distinción ninguna entre los intereses personales del dirigente socialista y la organización que dirige con puño de hierro (y que hoy ha recibido la primera querella en la que se acusa al partido por ser una banda organizada de delincuentes).
Desde el teatrillo de Pedro Sánchez para iniciar la vía bolivariana de destrucción absoluta de cualquier forma de control gubernamental, sea prensa, tribunales o Internet, hay muchos asesores de entre los varios cientos que tiene Pedro Sánchez que seguramente estarán ocupados en la búsqueda de una vía legal para asaltar el Poder Judicial y tumbar cualquier iniciativa en los tribunales que pueda perjudicar a la cúpula del Partido Socialista, incluyendo por supuesto, cualquier caso de corrupción de los dirigentes socialistas o sus familiares (esto no creo que haya falta explicarlo). 😀
El problema nace del hecho de qué la norma que regula la elección de los vocales del Poder Judicial tiene el rango de Ley Orgánica y por tanto tiene dos características que le complican la vida a Pedro Sánchez para modificarla. De un lado las leyes tienen una tramitación larga en la que cada partido puede intentar rascar a su favor nuevas concesiones del Gobierno en cada en cada fase, de modo que sacar adelante una Ley Orgánica puede llevar alrededor de un año y medio se convertiría en una auténtica tortura para los socialistas porque en cada paso se encontrarían peticiones de cada uno de los muchos grupos que sostienen eso que ellos llaman la mayoría progresista.
En segundo lugar puede que una buena buena parte de esa mayoría progresista, llena de terroristas, independentistas y chupópteros de todo tipo que no son tan progresistas como dice el PSOE, puede que no esté tan a favor de modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial porque no tienen del todo claro lo que el PSOE, con Pedro Sánchez o sin él, podría hacer sí tuviese un poder omnímodo, fuera de todo control. La verdad es que hasta ahora el sistema autonómico les ha funcionado muy bien para sangrar a España y encima echarle la culpa de todos sus males. Se temen que si el PSOE llegase a tener un control total de los medios y de la justicia podría tener la tentación de iniciar una recentralización del país para ejecutar políticas socialistas, de esas que tanto éxito han tenido en Cuba, Venezuela, China o Rusia y eso le pone los pelos como escarpias a todos los nacionalismos de derechas, porque no hay que olvidar que, por ejemplo, el PNV es un partido de derechas, católico y tradicionalista (otra cosa es que hayan aprendido a beneficiarse del terrorismo como cualquier otra organización mafiosa).
Viendo que esa vía de modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial se presenta harto complicada, ahora mismo yo pagaría por saber cuáles son los caminos que están planteando desde Moncloa para echarle la zarpa a los tribunales, empezando por ese juez de instrucción de Madrid que ha osado encausar a la santísima esposa del Amado y Amante Líder.
Por supuesto, no hay que olvidar que sea cual sea el camino que decidan tomar, el procedimiento jurídico que se establezca será siempre absolutamente inconstitucional pero contará con el respaldo indubitado de Cándido Conde-Pumpido, porque para eso se le ha puesto en el Tribunal Constitucional. Su misión como presidente del Tribunal ahora mismo no es otra que la de establecer las directrices dentro del organismo para que se dé curso a todo lo que mande Pedro Sánchez y librar de la cárcel a cualquier dirigente socialista independientemente de lo gorda y evidente que sea su tropelía. Ahí están los presidentes del PSOE andaluz condenado por un desfalco de más de setecientos milones de euros andando tan felices por la calle y la convalidación de la Ley de amnistía anunciada incluso antes de que sea recurrida.
Pronto sabremos cuál es la vía elegida y yo ya no sé si volveré a llevarme otra vez las manos a la cabeza o habré aprendido a aceptar que vamos a vivir años de disparate continuo porque por muy burda y disparatada que parezca cualquier tropelía del PSOE, siempre habrá después otra más gorda, es un no parar.
