Aunque a estas horas de la mañana todo el mundo esté haciendo valoraciones sobre los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo celebradas ayer, a mí me sigue resultando especialmente simpático el caso de los sesenta y ocho mil canarios que votaron a Oihane Agirregoitia para que sea parlamentaria en su nombre en Bruselas durante los próximos 5 años. Han demostrado ser los más listos de la clase.
Yo tengo mis dudas sobre si esta señora sabe dónde están las Islas Canarias y si las distingue de Puerto Rico pero de lo que no me cabe ninguna duda es de la cara de gil***llas que tienen que tener hoy todos esos votantes al darse cuenta de cómo Coalición Canaria, al firmar un increíble pacto con el PNV, ha estado trabajando para que la raza vasca (que es muchísimo pero muchísimo mejor que la raza guanche, dónde va a parar) tenga un sillón en el Parlamento Europeo desde el que decirle al resto del mundo que todos debemos arrodillarnos al paso de alguien con ocho apellidos vascos.
Espero que los próximos días o semanas nos lleguen noticias sobre las repercusiones de este pacto en la política local canaria y si los firmantes de tan brillante estrategia tendrán algún castigo o premio, vaya usted a saber, por regalar sesenta y ocho mil votos canarios al PNV. La próxima vez que los canarios escuchen que las pensiones de los jubilados vascos son casi un 30% superior es a las suyas y que encima no se hacen cargo de los gastos de administración de la Seguridad Social por las cosillas esas del cupo vasco, tendrán que ir a preguntarle a los responsables de Coalición Canaria sobre los términos de su acuerdo electoral.
Conste que estoy redactando esto y no me puedo casi aguantar la risa pensando en ese ciudadano de La Gomera que piensa que Coalición Canaria defiende sus intereses y a la vez en la nueva europarlamentaria vasca pensando en su discurso sobre la superioridad de la raza vasca y en cómo los españoles deberíamos pagarle la construcción de una nueva nación vasca por ser tan inferiores como somos.
Me imagino que cuando doña Oihane se entere de que se puede volar desde Madrid a Canarias en un par de horas llenará su maleta de espejos y collares de bisutería para acercarse hasta las islas y cambiárselos a los nativos de las islas por oro o, si hubiese resistencia, llevarse unos cuantos mocetones vascos para someterlos, como ya hicieron antes Miguel López de Legazpi, Julián Zulueta o Andrés de Urdaneta, ilustres conquistadores españoles en tierras americanas.
Los de Coalición Canaria, definitivamente, se han cubierto de gloria.