El empeño de Pedro Sánchez en implantar en España el Socialismo del Siglo XXI requiere el control de los medios de comunicación para evitar que existan periódicos, emisoras de radio y televisión o influencers de Internet que publiquen opiniones contrarias al régimen. Ahora mismo en el Gobierno no dejan de buscar fórmulas jurídicas que les permitan silenciar a todos aquellos que no comulgan con las opiniones y decisiones de la izquierda, a los que Pedro Sánchez ha etiquetado como fachosfera o máquina del fango.
Sin embargo, al centrarse en las fake news el Gobierno ha puesto bien a las claras que existen buenos y malos periodistas a todo lo ancho del espectro político pero como ahora quién ostenta el poder es la izquierda, es a los periodistas de la derecha a quienes les corresponde llevar a cabo la función de control que tradicionalmente se ha atribuido a la prensa hasta el punto de llamarla el Cuarto Poder, mientras que los periodistas de izquierdas solo pueden limitarse a cantar alabanzas glosando lo bien que lo hace el Gobierno y los grandes resultados de sus políticas de inmigración, vivienda, empleo, etc.
La verdad es que es triste tener que hablar de periodistas y periodismo de derechas y de izquierdas porque se supone que el periodismo simplemente tendría que ser información que buscase la verdad independientemente del color político de los gobiernos pero a estas alturas de la vida no nos vamos a escandalizar por tener que admitir que ese periodismo ideal, absolutamente neutral y vigilante del poder mediante la verdad absoluta, no es más que una utopía que la realidad nos muestra a diario que, si alguna vez pudo existir, nunca vamos a conocer.
Y aquí es donde encaja la publicación por el diario digital El Plural de un bulo en el que acusa al juez Juan Carlos Peinado, que está instruyendo el caso de Begoña Gómez, de poseer un enorme patrimonio inmobiliario ocultándolo bajo dos números distintos de documento nacional de identidad.
Que esto es un bulo como una casa ya está demostrado y cualquier persona medio inteligente es capaz de entender que entre los casi cincuenta millones de habitantes que ya tiene España haya muchas personas que tengan el mismo nombre. Basta una visita al sitio web del Instituto Nacional de Estadística para comprobar que existen más de doce mil personas cuyo primer apellido es Peinado.
Entonces ¿por qué se ha publicado el bulo?
En primer lugar hay que descartar la hipótesis de que el bulo se ha lanzado porque son unos idiotas redomados que no saben hacer la o con un canuto. Es verdad que posiblemente algún periodista de El Plural haya tenido un ataque de James Bond y crea haber descubierto un secreto que iba a hacer temblar los cimientos de la justicia española pero por encima de ese periodista había redactores jefes, editores e incluso compañeros de otros medios del mismo ámbito ideológico que le podían haber avisado de que estaba publicando una sandez como una casa. Sin embargo el bulo ha salido a la luz y sigue su recorrido normal, el recorrido normal de las fake news, por las dos razones que te explico a continuación.
a) Señalamiento: aún sabiendo que es todo falso, el hecho es que las propiedades del juez Peinado y muchos otros de sus datos personales ya son conocidos por mucha gente y eso sirve de advertencia a todos aquellos que intenten enfrentarse al poder socialista. El PSOE no va a dudar ni un segundo en usar todos los recursos públicos que pueda malversar para hacer daño a quienes se atrevan a criticar ¡y mucho menos encausar! al Gobierno, a sus familiares o a su camarilla de asesores y comisionistas. Esta vez es el registro de la Propiedad pero contra Ayuso se filtraron datos de Hacienda utilizando a la Fiscalía y ya no queda un organismo que enmierdar a los socialistas y cualquiera tiene que pensárselo dos veces antes de publicar nada.
De hecho ahora sólo están siguiendo la misma táctica de acoso que usaron con Marino Barbero, el magistrado del Tribunal Supremo que se atrevió a investigar al PSOE por financiación irregular (caso Filesa), hasta que le hicieron renunciar.
b) Sesgo de confirmación: las personas inteligentes intentan siempre obtener la mayor capacidad de datos de todas las fuentes posibles para formarse una opinión sobre cualquier tema, ya sea de política, de agricultura o de submarinismo. Las personas que no son muy inteligentes, por ejemplo todas esas que pese a la evidencia empírica siguen pensando que el socialismo funciona, se conforman con unas pocas fuentes de información o, directamente, prescinden de la información y se conforman con recibir doctrina. Si se lanza un bulo como este de los DNIs del juez Peinado en medios de izquierdas, los votontos socialistas verán confirmadas sus creencias y ya no sentirán necesidad de confirmarlo o chequearlo en otras fuentes distintas. En este caso concreto, un votonto sumarista (que es capaz de pensar que Yolanda Díaz es una persona inteligente) recibe una información de un diario online que le sugiere que el juez Peinado no debe seguir con la causa de Begoña Gómez porque es un corrupto que oculta muchas propiedades inmobiliarias y esa información circula a toda velocidad por las redes sociales; por la noche enciende el televisor y le confirman esa información en La Sexta y con eso se acaba su investigación particular porque se siente reconfortado al ver que todo cuadra en su esquema mental. Pues ya estaría: el bulo ha funcionado.
Y así es como vemos una mentira tras otra y la máquina del fango de la izquierda no va a dejar de lanzar porquería para agarrarse al poder.
Pero lo peor de todo es que, como estamos viendo en Francia, todo esto seguirá funcionando igual mientras sigan en el poder porque cuando sientan que pueden perderlo, pasarán de los bulos a la violencia física porque a la izquierda la democracia les encanta cuando ganan ellos pero cuando pierden…
Está muy bien el artículo pero no cuesta nada pasarle una IA sencilla que te detecte alguna falta de ortografía (es cierto que muchas veces son faltas-erratas por despiste pero es muy sencillo que los profesionales utilicen estas herramientas que además son gratuitas)
Muchas gracias, Pepe.
Ya lo he revisado.
Me he sorprendido yo mismo viendo que me había dejado algunas faltas de ortografía sangrantes, fruto de haber hecho el artículo dictándoselo a un programa de voz a texto.
Que quede constancia de que comprendo y sé escribir correctamente palabras tan complejas como epistemología o fagorífico. 😀 😀 😀