En estos días Irene Montero ha vuelto a estar de actualidad porque la han fichado para un programa de televisión del que, por cierto, solo tengo noticias a través de Twitter porque reconozco que aparte de los partidos de La Selección no recuerdo haberme sentado frente al televisor desde lo de las Torres Gemelas. De todos modos lo que veo en los cortes que se hacen populares a través de Twitter es que Irene Montero es un perfecto ejemplo de la izquierda española actual.
Ahora mismo maneja manteca porque se sacó un escaño en el Parlamento Europeo que tiene una remuneración de esas que a los curritos nos ponen los pelos de punta. Además del sueldo que tienen los europarlamentarios, que ya de por sí es escandaloso, tienen una cantidad desmesurada de dinero para asesores, asistentes y pelotas de todo tipo y hasta dinero para invitar a ciudadanos europeos a contemplar su trabajo en el europarlamento. Económicamente hablando, Irene Montero puede decir que ha triunfado en la vida porque ha pasado de tener unas perspectivas bastante grises por no tener estudios y trabajar como cajera de supermercado a formar parte de las élites gobernantes.
Uno de los privilegios que le concede su membresía en la casta es la de participar en programas de televisión solo por su nombre. A Irene Montero, desde luego, no la pueden invitar a ningún programa como experta en nada porque lo único que sabe es trepar en la política y lanzar diatribas que enardecen a sus seguidores. Salir en la tele le concede un altavoz para que exponga sus puntos de vista y una vez vistos no llego a otra conclusión más que a la evidente discapacidad intelectual de Irene Montero, una mujer capaz de decir en la misma frase que es mentira que esté condenada y reconocer que ha pagado la condena.
No existe ni un solo punto de su pensamiento que no esté en choque directo con la realidad. Cualquiera de sus afirmaciones se cae como la casita de paja de los tres cerditos ante la evidencia de los hechos. Toda su paparuchada trans se enfrenta a millones de años de evolución y a una sólida base científica que explica perfectamente como funciona la reproducción por sexos pero ella insiste en hablar de mujeres con pene. Y lo mismo se aplica a todo lo que dice para culpar al patriarcado de todos los males de España. Se puede ser más tonta pero me imagino que debe costar mucho trabajo.
Lo grave del asunto es que personajes como Irene Montero tengan un público convencido y que no solo está dispuesto a votarla sino que encima la defiende en las redes sociales y seguramente alguno hasta vendrá a insultarme cuando publique este artículo y lo difunda en Twitter. Es asombroso que quienes ahora dicen ser la izquierda española se crean las sandeces que suelta esta mujer y que chocan con todo lo que hemos aprendido en veinticinco siglos de civilización occidental.
La izquierda española tiene un serio problema porque ya se ha visto y comprobado que el marxismo, que basa todo su programa político en la propiedad colectiva de los medios de producción, ha resultado ser una estupidez supina y allí donde se ha implantado sólo ha llevado miseria y represión; por eso se han abrazado al feminismo, al ecologismo, al indigenismo y a todos los ismos posibles para tener algo con lo que seguir engañando a la gente y consiguiéndose escaños de doce mil euros mensuales libres de impuestos a base de promesas que les garantizan un paraíso socialista donde no es necesario esforzarse, donde siempre hay una paguita perpetua para todos. Y hay que reconocer que en España hay varios millones de tuercebotas que sueñan con tener una paga y pasarse todo el día tirados en el sofá dándole al móvil comiendo doritos. (Por cierto muchos de ellos dijeron que se iban a BlueSky pero ya están aquí de vuelta dos semanas después).
La realidad es muy tozuda y se empeña en demostrar que cada uno de los mantras de la izquierda es más falso que una moneda de tres euros y produce siempre el efecto contrario al que dicen peseguir. Las políticas feministas de la izquierda española de los últimos años han llevado a España a perder puestos entre los países más seguros para mujeres y homosexuales; las políticas de vivienda socialistas han expulsado a los jóvenes del mercado de la vivienda; las políticas de salud pública han laminado la asistencia primaria… Todo lo que tocan estos inútiles acaba destrozado, siguiendo el ejemplo de la brillante primera ministra de igualdad de la historia de España.
Irene Montero, a fin de cuentas, es el reflejo perfecto de lo que es la izquierda española: demagogos discapacitados intelectualmente llevando una bandera desteñida delante de una masa de descerebrados.
A mí es que la Irene montero esa me pone enferma.
No es solo que no diga más que tonterías, es que encima las dice con unos gritos y un engreimiento insoportable.
En general es como tú dices, porque así es toda la izquierda española: idiotas y engreídos.
Estamos de acuerdo.
Yo me libro porque como no veo la tele sólo veo unos segundos de los cortes que la sacan en Twitter y así me evito las arcadas.