Al ver las imágenes del atentado terrorista cometido por un musulmán en la ciudad alemana de Magdeburgo, inmediatamente me han venido a la cabeza algunos recuerdos sobre el atentado de las ramblas de Barcelona de agosto de 2017 y de cómo inmediatamente después todos los las zonas peatonales de todas las ciudades de España aparecieron protegidas por pilones, maceteros y obstáculos de todo tipo para evitar un nuevo atentado. Tengo la intuición de que hoy domingo, todos los mercados navideños de España van a estar protegidos, ahora que ya es tarde.
El hecho es que otra vez un musulmán mata indiscriminadamente a niños y adultos europeos y las políticas que dan lugar a esos atentados siguen siendo exactamente las mismas. La inmigración masiva descontrolada desde países africanos y musulmanes que está invadiendo Europa es la causa de toda esta violencia y en este caso todavía es más clara porque el musulmán se ha dirigido contra un mercado navideño, que es una de las tradiciones cristianas más arraigadas en todo el centro de Europa. El atentado es parte de una guerra sin cuartel, de la Yihad islámica que entre sus preceptos incluye la orden de matar a los infieles y conquistar su territorio. No nos engañemos: el Islam es una religión violenta por naturaleza y los europeos somos su objetivo.
El problema es que los políticos europeos decidieron hace mucho tiempo que se debían dejar las fronteras abiertas para que entrara una cantidad ingente de mano de obra sin cualificar desde estos países subdesarrollados sin tener en cuenta que sería imposible integrarlos porque no piensan como nosotros, no comparten nuestros valores y son increíblemente racistas porque piensan que los europeos somos una raza débil que merece ser conquistada y contra quienes se puede ejercer violencia indiscriminadamente porque nada tendrá castigo, dados los prejuicios que el buenismo ha impuesto en la conciencia de los europeos.
En cierta medida no les falta razón porque hay políticos que explotan el sentido cristiano de la culpa y sobre ella cargan las desgracias del resto del mundo, como si los europeos tuviésemos la culpa de todo todas las desgracias que a diario ocurren en el resto del planeta. Basta a escuchar a discapacitados intelectuales como Pablo Iglesias decir que España tiene que pedir perdón por la conquista de América para entender que en la casta gobernante reside buena parte del problema.
Todos estos políticos han creado en un sector mayoritario de la ciudadanía una idea sobre la responsabilidad de Europa en la historia del mundo y el deber que supuestamente tenemos los europeos de destinar el dinero de nuestros impuestos a mantener a varios a millones de inmigrantes que ni trabajan ni aportan nada a la sociedad. Para ello cuentan con unos medios de comunicación absolutamente subvencionados que ya no pueden vivir de su negocio, porque han perdido cualquier atisbo de credibilidad. Cualquiera sabe que los titulares de la prensa de hoy están absolutamente influidos por los gobernantes que financian a todos esos medios vía subvenciones y publicidad institucional.
Sin embargo, Internet nos brinda hoy la posibilidad de elegir cuáles son nuestras fuentes de información y de comparar en un par de clics los puntos de vista de unos y otros para tener nuestra propia opinión. Los medios serviles con los gobiernos y partidos políticos que defienden la inmigración ilegal descontrolada hablarán hoy de atropello, de accidente o de que un coche atropella a varias personas, como si no hubiese un terrorista musulmán al volante. Todos estos medios siguen pensando que somos tontos pero a estas alturas de la película ya sabemos que si no citan el origen la nacionalidad del autor es porque es un inmigrante ilegal de países musulmanes o africanos y, por supuesto que cualquier intento de maquillar la brutalidad del atentado terrorista de anoche se debe simplemente a la voluntad de los medios de no morder la mano que les da de comer.
Pero no se trata sólo de un problema de los medios de comunicación sino que es algo que está mucho más arraigado en la sociedad. El que piense que esto es un hecho aislado cometido por una persona con un desequilibrios mentales es un traidor y un peligro para todos los que vivimos aquí. Tan dañino para nuestra sociedad es el político que dice que esto es un hecho puntual por el que no se debe criminalizar a la inmigración como quien les vota.
Y para que compruebes por ti mismo un perfecto ejemplo de traidor, aquí tienes uno que por supuesto no habla de atentado terrorista ni de la religión musulmana del malnacido que dejó ayer once muertos, por ahora, y más de ochenta heridos.
Conmocionado por el terrible atropello en un mercado navideño en la ciudad alemana de Magdeburgo.
Acabo de hablar con el canciller, @OlafScholz, para trasladarle toda mi solidaridad y mi cariño a las víctimas, a sus familias y a todo el pueblo alemán.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) December 20, 2024
Lo de la prensa comprada por el régimen ya es casi peor que lo ocurrido en la España franquista.
Las políticas de control de redes sociales y medios del régimen sanchista están a un paso de sobrepasar lo peor del franquismo aunque tampoco es de extrañar porque es lo que ya hemos visto que hace el socialismo del siglo XXI y lo está poniendo en práctica, por ejemplo, en Venezuela
Exacto.