A lo largo de toda esta semana pasada ha habido muchos titulares que anunciaban la caída de Deutsche Bank, la segunda entidad financiera alemana pero a día de hoy todo sigue igual y parece que por ahora los únicos perjudicados son los dueños de acciones del banco que han perdido momentáneamente el 30% de su valor.
Tal y como se han desarrollado los hechos, da la sensación de que todo va a quedar en nada por que el Gobierno alemán jamás iba a permitir que una de sus mayores entidades financieras quebrase. Eso podría pasar si fueran bancos españoles o italianos o griegos pero la Unión Europea, a través de su brazo financiero, el Banco Central Europeo, jamás permitiría que un Banco alemán entrase en bancarrota.
Está por ver en qué termina todo esto pero seguro que aparecen ayuditas de todo tipo para salvar al banco así que tranquilos, que solo ha sido un susto.