Una vez más el buscador estadounidense aparece en el ojo de la tormenta por la por el enésimo escándalo relacionado con el abuso de su posición dominante para recabar la mayor cantidad de datos posibles de los usuarios con el objetivo de vendérselos a los anunciantes a cambio de la mayor cantidad posible de dinero. A nadie debe extrañarle que Google recopile datos de los usuarios, a fin de cuentas solo es una agencia de publicidad que elabora perfiles de usuarios para ofrecérselos a los anunciantes adecuados. Cada vez que navegas por una página web Google añade ese dato a tu perfil y acaba por saber mucho más de ti de lo que tú te crees. Esos datos después se los vende a los anunciantes de, por ejemplo, raquetas, que buscan clientes que respondan al perfil «hombres en España de entre 35 y 55 años aficionados al tenis».
Pero ya se sabe que la avaricia rompe el saco.
El llamado ‘modo incógnito’, inicialmente presentado como un refugio para navegar de manera privada en el buscador, se ha convertido en una fachada de confianza que en realidad esconde un oscuro y perturbador incumplimiento de la privacidad.
Aparentemente, el ‘modo incógnito’ de Google fue introducido en Google Chrome como una manera de salvaguardar la privacidad de los usuarios al crear una sesión separada y temporal que supuestamente no dejaría rastro de la actividad en el historial ni conservaría cookies después de cerrar la ventana. Sin embargo, esta promesa de anonimato parece haber sido una ilusión desde el principio.
A medida que aumentó la conciencia sobre la importancia de la privacidad en línea, millones de personas se han sentido atraídas por el ‘modo incógnito’, buscando navegar sin ser rastreadas y proteger sus datos. Pero, en un giro indignante, un grupo de usuarios descubrió que sus datos seguían siendo rastreados y recopilados por Google a pesar de estar en ‘modo incógnito’. Esto es una flagrante violación de la confianza de los usuarios y una invasión inaceptable de su privacidad.
Recientemente, una jueza en California tomó una postura enérgica al rechazar la solicitud de Google de un juicio rápido y propuso una multa extraordinaria de 5.000 millones de dólares. Esta acción se basa en que la compañía nunca proporcionó a los usuarios una explicación clara y transparente sobre cómo recolectaba y utilizaba la información en el ‘modo incógnito’. La jueza enfatizó cómo Google mostraba una ventana de política de privacidad al activar este modo, pero sin detalles suficientes sobre la recopilación de datos.
La postura defensiva de Google no es suficiente para aplacar las preocupaciones legítimas. La compañía se apresura a señalar que el ‘modo incógnito’ simplemente evita que la actividad quede guardada en el navegador o dispositivo (sí en los almacenes de datos de Google), pero sigue siendo alarmante que las páginas web de terceros sí puedan seguir recolectando información durante la sesión. Además, la jueza también expuso la práctica cuestionable de Google de almacenar los datos de navegación normal y privada juntos, para luego usarlos en la creación de anuncios personalizados.
La falta de transparencia y la aparente contradicción entre las afirmaciones de Google y sus acciones plantean serias preocupaciones sobre la ética de la compañía y su compromiso con la privacidad de los usuarios. La confianza ha sido erosionada, y queda por verse cómo Google puede justificar sus acciones y recuperar la confianza de quienes han confiado en ellos. Es evidente que el enfoque adoptado hasta ahora no ha sido suficientemente claro en cuanto al funcionamiento del ‘modo incógnito’, y es imperativo que Google tome medidas concretas para corregir esta preocupante situación.
Otras multas a Google
A lo largo de los años, Google ha enfrentado varias multas significativas por parte de diversas autoridades regulatorias en diferentes partes del mundo debido a sus prácticas relacionadas con la privacidad.
Multa de la Unión Europea de 50 millones de euros (2019)
Uno de los hitos más destacados en el escrutinio de la privacidad en línea fue la multa de 50 millones de euros impuesta a Google por la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) de Francia en 2019. Esta multa fue el resultado de una investigación que reveló que Google no proporcionaba a los usuarios información adecuada sobre la recopilación y el uso de sus datos personales, además de no obtener un consentimiento válido para la personalización de anuncios. La CNIL consideró que Google había infringido el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea y emitió esta multa histórica.
Multa de 170 millones de dólares en Estados Unidos (2020)
En julio de 2020, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) y la Fiscalía General de Nueva York impusieron una multa conjunta de 170 millones de dólares a Google por violar la Ley de Protección de la Privacidad en Línea de los Niños (COPPA). La acusación alegaba que YouTube, propiedad de Google, recopilaba datos personales de niños sin el consentimiento de los padres y los utilizaba para dirigir anuncios. Esta multa demostró la importancia de proteger la privacidad de los usuarios más jóvenes y sentó un precedente para las empresas que operan plataformas dirigidas a niños.
Multa de 2.400 millones de euros de la Unión Europea (2017)
En 2017, la Unión Europea impuso una multa récord de 2,42 mil millones de euros a Google por abusar de su posición dominante en el mercado de búsqueda en línea para promover su propio servicio de comparación de compras en los resultados de búsqueda. La Comisión Europea consideró que esta acción perjudicaba a la competencia y violaba las leyes antimonopolio. Aunque esta multa no se relaciona directamente con violaciones de privacidad, demuestra cómo las prácticas comerciales de Google también han estado bajo escrutinio por parte de las autoridades reguladoras.
