Después de casi despeñar a la lira turca, Erdogan se ha dado cuenta de que sus originales ideas económicas llevaban a Turquía al desastre
El Banco Central de la República de Turquía ha tomado una decisión drástica que ha dejado a los mercados sorprendidos y a los inversores inquietos. En su última reunión ha aumentado los tipos de interés en 750 puntos básicos, llevándolos al 25%, el nivel más alto desde 2004. Esta medida, que supera con creces la subida anterior de 250 puntos básicos, ha generado un rápido cambio en la lira turca, que ha pasado de perder un insignificante 0,1% frente al dólar estadounidense a ganar un sorprendente 6%, situándose en 25,47 unidades por dólar.
El aumento de los tipos de interés es aún más llamativo considerando que el mes pasado, la gobernadora recién nombrada del BCRT, Hafize Gaye Erkan, exbanquera de Goldman Sachs, había implementado un aumento de 650 puntos básicos en su primera decisión en el cargo. Sin embargo, esta nueva subida ha demostrado ser un paso más audaz en la dirección de la ortodoxia económica que el presidente Recep Tayyip Erdogan parecía buscar al nombrar a Erkan.
En su mandato anterior, Erdogan desafió las normas económicas al mantener bajos los tipos de interés a pesar de la alta inflación del país, lo que llevó a una inflación de más del 80% interanual en un momento. Esta estrategia, aunque controvertida, buscaba estimular el crecimiento económico. Por lo tanto, muchos inversores han sentido que el banco central estaba siendo reacio en sus aumentos de tasas desde el cambio de enfoque.
Esta última subida, sin embargo, llega en un momento en que la economía turca estaba luchando con la depreciación de la lira y una inflación interanual del 47,83% en julio, alejándose considerablemente de la meta de estabilidad a medio plazo del 5%. Además, a principios de esta semana, el BCRT anunció medidas para retirar gradualmente el costoso sistema de protección de depósitos en liras, introducido en 2021.
El Comité de Política Monetaria del banco justificó su decisión argumentando que la subida de los tipos de interés era necesaria para combatir la inflación y controlar los precios. Sin embargo, algunos analistas ven en esta medida un intento de recuperar la confianza de los inversores en medio de la incertidumbre económica.
Aunque algunos economistas creen que este paso puede ayudar a tranquilizar a los inversores, otros advierten que para lograr una verdadera estabilidad y reducir la inflación a un solo dígito, se requerirán tipos de interés aún más altos, incluso superiores al 40%. En cualquier caso, esta medida sugiere un cambio de rumbo hacia la ortodoxia económica, aunque el camino por delante sigue siendo desafiante y lleno de incertidumbre.